Seguidor de FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES; España, siglo XIX.
“Retrato del Conde de Fernán Núñez”.
Óleo sobre lienzo.
Posee leves faltas y suciedad sobre la superficie pictórica.
Presenta etiquetas de patrimonio al dorso.
Medidas: 40 x 27 cm; 56 x 42 cm (marco).
Esta obra reproduce el retrato que pintó Goya del Conde de Fernán Núñez en 1803, que actualmente se encuentra en el Palacio de Fernán Núnez en Madrid. La deliberada tosquedad con la que ha sido retratado este personaje masculino y la utilización de una gama cromática basada en el negro y en los tonos ocres y rojos recuerdan en gran medida a las pinturas negras de Goya y a sus retratos monárquicos. Uno de los más destacados pintores de toda la historia del arte universal, Francisco de Goya recibió sus primeras lecciones de dibujo y pintura de José Luzán Martínez, quien enseñaba en su casa y también en la Academia de Dibujo fundada en Zaragoza en 1754. Después de tres años de estudios con este maestro, Goya solicitó una pensión de la Real Academia de San Fernando, en 1763, a los diecisiete años. Parece que por entonces era ya alumno de Francisco Bayeu, quien había regresado de la corte. Sin embargo, Goya no logrará entrar en la Academia, ni tampoco cuando vuelva a intentarlo en 1766. En torno a 1770 emprende un viaje a Italia para ampliar su formación y mejorar sus posibilidades. Ya allí dejará constancia de su temprano gusto por lo grotesco y lo satírico. Después de una larga carrera Goya fue sustituido como Pintor de Cámara por Vicente López, y se sume en un periodo de aislamiento, amargura y enfermedad que le llevarán a recluirse en la Quinta del Sordo, a las afueras de Madrid, donde realizará su obra suprema: las Pinturas Negras. Harto del absolutismo que impone Fernando VII en España, Goya marcha finalmente a Francia en 1824, donde se reúne con amigos liberales exiliados. Allí pasará sus últimos años y realizará su obra final, “La lechera de Burdeos”, en la que anticipa el impresionismo. Actualmente su obra forma parte de las más destacadas pinacotecas del mundo, desde el Museo del Prado hasta el Metropolitan de Nueva York, pasando por el Hermitage de San Petersburgo, el Louvre de París o la National Gallery de Londres.