Escuela polaca; c. 1778.
“Retrato de Antoni Cywinski”.
Óleo sobre lienzo.
Presenta inscripción al dorso.
Medidas: 64 x 52 cm; 70 x 59 cm (marco).
Este retrato muestra a un religioso cuyo semblante tranquilo y austero refleja la dignidad de su vocación. El personaje, de rostro redondeado y expresión serena, dirige su mirada hacia un punto fuera del cuadro, lo que le confiere un aire contemplativo. Su cabello oscuro está peinado hacia atrás, dejando el rostro completamente visible, enmarcado por la luz suave que resalta la palidez de su piel.
El clérigo viste un hábito tradicional de color negro, compuesto por una sotana abotonada al frente y una capa corta o ferreruelo que descansa sobre sus hombros, adornada con una sencilla pero elegante línea roja que resalta los bordes y botones. El cuello blanco sobresale discretamente, simbolizando la pureza y el compromiso con la vida eclesiástica.
En la esquina superior izquierda del retrato, se observa un escudo heráldico que aporta información sobre su linaje o su orden religiosa. El fondo es sobrio, de tonos verdes oscuros, lo que ayuda a centrar toda la atención en el retratado y enfatiza la solemnidad del conjunto.
Este tipo de retratos, comunes en la época, no solo buscaban captar la apariencia física del sujeto, sino también reflejar su posición dentro de la Iglesia y su compromiso espiritual, reafirmando su autoridad moral y social.