Escuela española del siglo XIX.
"El mendigo".
Óleo sobre tela.
Reentelado.
Medidas: 122 x 96 cm.; 148 x 121 cm. (marco).
La pintura que mostramos sigue modelos del barroco español. El juego de contrastes lumínicos con fines expresivos recuerda algunas obras de Murillo o de Zurbarán quienes dotaban a sus figuras de una carga emocional que apelaba directamente a la empatía del espectador. La intensa iluminación sobre la joven de rostro aniñado, que junta sus manos en actitud implorante, contrasta con la penumbra que modela el semblante envejecido del padre barbado, que sostiene en su mano el sombrero estropeado, usando la copa puesta al revés como recipiente para recibir monedas. Este contraste visual y conceptual entre la decadencia y la promesa es típica en la pintura de inspiración religiosa o humanista del barroco español. La influencia de Bartolomé Esteban Murillo es especialmente palpable en la representación de los pobres y los desvalidos, en la pureza de los rostros que inspiran compasión, con un enfoque en la humanidad de los personajes. El tenebrismo y el tratamiento naturalista de la piel ajada del anciano frente a la lozanía idealizada de la niña refuerza este legado.