Escuela andaluza; primera mitad del siglo XIX.
“San Juan evangelista”.
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 90 x 71 cm; 99 x 80 cm 8marco).
El más poético y conceptual de los cuatro evangelistas, Juan el Evangelista suele asimilarse a la figura del “discípulo amado”, y cuentan los escritos que tras el martirio de Pedro y Pablo se estableció en Éfeso. La tradición narra que fue llevado a Roma, donde el emperador Domiciano ordenó que fuera quemado con aceite hirviendo. No se le considera como un apóstol mártir según la tradición, ya que se salvó del martirio y fue desterrado a la isla de Patmos, donde escribió el Apocalipsis. San Juan Evangelista es una de las figuras que más aparecen en las narraciones y representaciones plásticas de la Pasión de Cristo. Suele representársele a los pies de la cruz junto a la Virgen, y fue él quien reclinó su cabeza sobre el pecho de Jesús en la Última Cena, siéndole revelado el nombre del discípulo que habría de traicionar a su maestro.