y volver al lote.
16 Oct 2024 13:25
Escuela española, siglo XIX.
"Inmaculada".
Óleo sobre concha de nácar.
Firmado: Pila.
Presenta pérdidas de policromía.
Medidas: 29 x 24 x 2 cm.
Pintura donde se representan la Virgen de la Inmaculada.
La Inmaculada, caracterizada como una adolescente, bella y virginal, pisa la media luna mientras se eleva hacia los cielos rodeada de querubines en escorzo. Las figuras se integran en la atmósfera vaporosa, entre refulgencias lumínicas. El tema de la Concepción se aúna al de la Asunción, aludiendo a la Gloria de María. Este mismo modelo, pero con variaciones, fue aplicado por Murillo en variedad de pinturas marianas, que gozarían de gran popularidad, influyendo a pintores españoles de época barroca y posterior. Cuando Murillo instauró su modelo de Inmaculada, la devoción de la virgen estaba conociendo un gran auge en España. Así, el tema de la Inmaculada Concepción llegó a constituir una de las señas de identidad nacionales de España como país católico. Se trata de uno de los temas más genuinamente locales de la pintura española barroca, dado que nuestro país fue el principal defensor de este misterio, y aquel que luchó con mayor insistencia para convertirlo en dogma de fe. En este contexto, numerosos artistas e intelectuales trabajaron para construir una iconografía clara que ayudara a la difusión de la Inmaculada, reuniendo simbología y fervor popular.
Este tipo de pinturas sobre concha, se utilizaban de decoración sobretodo en el siglo XX, dentro de vitrinas o en un expositor y se consideraba algo exótico y original. A menudo dejaban que el soporte se viera, dando lugar a los destellos típicos que produce el nácar.