RAMÓN MARTÍ ALSINA (Barcelona, 1826 – 1894).
“Retrato de mujer ante el espejo”.
Óleo sobre lienzo.
Presenta repintes y restauraciones en la superficie pictórica.
Firmado en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 123 x 70 cm; 142 x 87 cm (marco).
Con un sugerente juego estético el autor nos permite contemplar una dama que a su vez se observa en un pequeño espejo de mano, totalmente ajena al espectador. El espectador apenas aprecia lo que proyecta la imagen del espejo de tal manera que el autor configura una imagen de carácter sugerente y mesticita. El tema de la mujer y el espejo ha sido común en la historia del arte, recordando la mítica Venus del espejo de Velázquez. Quizás porque este elemento permite al artista demostrar su virtuosismo, o por ser una metáfora de lo efímero del concepto de belleza.
Considerado hoy en día como la figura más importante del realismo español, Martí Alsina se enmarca dentro de la vanguardia europea del momento. Revolucionó el panorama artístico español del XIX, fue pionero del estudio al natural, y creador de la escuela catalana moderna, así como maestro de toda una generación, con discípulos de la importancia de Vayreda, Urgell o Torrescassana. Inició sus estudios en Filosofía y Literatura, alternándolos con las clases nocturnas de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona hasta 1848. A partir de 1850 su carrera artística se afianza, y en 1852 inicia su carrera docente. En 1853 viaja a París, donde visita el Louvre y se familiariza con la obra de Horace Vernet, Eugène Delacroix y el romanticismo francés. Más adelante conocerá la obra de Gustave Courbet, el mayor exponente del realismo. En 1859 fue nombrado académico correspondiente de la Academia de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona. Su primera muestra importante fue la Exposición General de Bellas Artes de Barcelona de 1851. A partir de ese momento expondrá con regularidad en Barcelona, Madrid y París, y fue invitado a la Exposición Universal de la capital gala de 1889. Entre sus premios destacan las medallas obtenidas en las Exposiciones Nacionales de Madrid, tercera en 1858 con la obra “Último día de Numancia” y segunda en 1860 con su paisaje. En sus últimos años vivió recluido, centrados sus esfuerzos en la búsqueda de nuevas formas de expresión, con una pincelada deshecha próxima al impresionismo. Se conservan obras de Martí Alsina en el Museo del Prado, el Thyssen-Bornemisza, el Nacional de Arte de Cataluña, el MACBA, el de la abadía de Montserrat y el de l’Empordà, en Figueras.