Escuela española del siglo XIX.
“La cantante callejera".
Óleo sobre tabla.
Firmado de manera ilegible con el rabillo del pincel y titulado en el ángulo inferior derecho.
Medidas: 24 x 20 cm; 43 x 37,5 cm (marco)
En el marco del auge de los regionalismos en la España de la segunda mitad del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX, se desarrolló un arte de herencia romántica, costumbrista y de factura realista y minuciosa, que se centró en la representación de asuntos, temas y personajes que reflejan un nuevo sentido de lo folclórico. En este contexto los pintores buscan reflejar tipos y costumbres propias de su tierra, que la hacen diferente y única, reivindicando así sus propias raíces y, sobre todo, las tradiciones y formas de vestir y de comportarse que se veían amenazadas por el notable crecimiento de las áreas urbanas y la imposición de nuevas modas traídas de fuera. El arte, fundamentalmente en su vertiente pictórica, se convierte así en cierto modo en un vehículo de expresión capaz de dar a conocer al resto de la nación las peculiaridades regionales. Esta obra se enmarca plenamente dentro de esta corriente regionalista española aún firmemente anclada al romanticismo donde la reivindicación de lo español no se limita a la temática, sino que afecta también al aspecto técnico: vemos una factura empastada y deshecha, rica en materia y también en detalle, que refleja los brillos de las telas del mismo modo en que lo hacía Diego Velázquez, gran referente junto a Francisco de Goya para una escuela española decimonónica que redescubre la modernidad de sus antiguos maestros.