Después de BARTOLOMÉ ESTABAN MURILLO; siglo XVIII.
“Ecce homo”.
Óleo sobre cartón.
Medidas: 30 x 21 cm; 41 x 31,5 cm (marco).
estilísticamente la obra sigue los modelos impuestos por el maestro Murillo, quien sentó las bases estéticas de un modelo concreto adscrito a esta iconografía. La figura está trabajada desde una perspectiva naturalista, empleándose una iluminación tenebrista, El rostro, en primer plano, se recorta contra un fondo de densa oscuridad y es directamente iluminado por una luz de foco teatral y dirigido, que entra en la imagen por el ángulo superior izquierdo dejando medio rostro en una matizada penumbra.
El tema del Ecce Homo pertenece al ciclo de la Pasión, y precede al episodio de la Crucifixión. Siguiendo esta iconografía, se presenta a Jesús en el momento en que los soldados se burlan de él, tras coronarle de espinas, vestirle con una túnica púrpura (aquí roja, color simbólico de la Pasión) y colocarle una caña en la mano, arrodillándose y exclamando “¡Salve, rey de los judíos!”. Las palabras “Ecce Homo” son las pronunciadas por Pilatos al presentar a Cristo ante la multitud; su traducción es “he aquí el hombre”, frase mediante la cual se mofa de Jesús y da a entender que el poder de Cristo no era tal frente al de los dirigentes que allí le estaban juzgando.