Escuela holandesa; siglo XVII.
“Escena de riña entre campesinos”.
Óleo sobre tabla.
Posee marco del siglo XVIII.
Medidas: 44 x 63 cm; 59 x 78 cm (marco).
En este lienzo se recoge una escena rural en la cual se está produciendo una revuelta entre campesinos. Varios de ellos se agreden en el centro de la composición, uno en el lateral parece vomitar, mientras que en el último plano una mujer carga a cuestas con un hombre que por su postura parece estar ebrio. La escena presenta algunos recursos pictóricos que popularizo David Teniers el joven quien consiguió revitalizar el género. Con la representación de estas fiestas populares Teniers parte de la estética y los esquemas compositivos de Jan Brueghel "el Viejo", repitiendo la misma visión idílica del mundo campesino, muy utilizada también por la literatura flamenca del momento. Materializado en la representación de la kermés o kermesse, que es el nombre que se da a fiestas vecinales con puestos de comida y bebida, donde se realizaban juegos de destreza, juegos infantiles, sorteos y números artísticos.
Hijo de David Teniers I, en su juventud se mantuvo fiel al estilo de su padre. No obstante, pronto se especializó en la pintura de género, muy ligada a la tradición flamenca. En 1638 ingresa en el Gremio de San Lucas, del que será más tarde decano. Entre sus protectores destacaron el obispo de Gante y el archiduque Leopoldo Guillermo. Teniers fue además director artístico de la colección del archiduque, cargo que incluía no sólo la conservación de las pinturas, sino también la responsabilidad de escoger y adquirir nuevas obras para la que fue una de las colecciones de pintura más importantes del siglo XVII. Gracias a ello el pintor tuvo la oportunidad de conocer y estudiar de primera mano obras de maestros tanto contemporáneos como de periodos anteriores, de distintas escuelas y géneros. En 1651 se traslada a Bruselas con motivo de su nombramiento como pintor de corte, cargo que conservó con la llegada del nuevo archiduque, Juan José de Austria. Gozó de la libertad para trabajar para otros mecenas, entre los que destacaron los mayores entendidos en arte del XVII: Cristina de Suecia, Guillermo II de Orange y Felipe IV. Apoyado por este último logró hacer realidad, en 1669, su proyecto de crear la Academia de Amberes. Su influencia llega al siglo XVIII, y sus obras formaron parte de las colecciones de los primeros Borbones de España. Sus composiciones se copiaron en tapices que adornaron el palacio real de Madrid, dando lugar a un género de gran popularidad, denominado “a la Teniers”. Se conservan obras de Teniers en los museos más importantes del mundo, como el Prado, el Hermitage, el Louvre, el Metropolitan de Nueva York, las Galerías Nacionales de Londres, Washington y Praga, el Rijksmuseum, la Royal Collection de Londres, al Ashmolean de Oxford, el Poldi Pezzoli de Milán, el de Arte Occidental de Tokio, el Thyssen-Bornemisza, o los de Bellas Artes de Bruselas, Viena, Amberes y Dresde.