JUAN DE CORREA (México, 1646 - 1716).; Nueva España mitad del siglo XVIII.
“Alegoría de África”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta inscripción en el ángulo inferior izquierdo.
Medidas: 171,5 x 149 cm,
La inscripción de esta obra nos indica que se trata de una pintura que representa una alegoría de África, con un paisaje de fondo azulado de estética flamenca. La pieza combina la tradición simbólica con la fantasía exótica propia del arte barroco. En los primeros planos, la variedad de animales, como el león y el cocodrilo, evoca la visión eurocentrista de lo salvaje y lo desconocido asociado al continente africano, mientras que la figura de la mujer negra, acompañada de un carcaj y flechas, refuerza la iconografía de Diana cazadora, vinculando lo femenino con la fuerza, la naturaleza y la caza. Este tipo de composición se asemeja al estilo de Las Artes Liberales y los Cuatro Elementos de Juan de Correa, especialmente en la disposición alegórica de las figuras, la riqueza cromática y la combinación de elementos mitológicos con una visión idealizada del mundo. Ambas obras revelan una fusión entre la tradición europea y la reinterpretación del Nuevo Mundo, donde la alegoría se convierte en un vehículo para proyectar concepciones culturales, territoriales y filosóficas. Estas representaciones populares de los cuatro continentes, inherentemente entrelazadas con la historia del colonialismo, tienen su origen en las fantasías europeas del «otro exótico», en las que África se imaginaba como un reino indómito, listo para ser civilizado por los europeos.
Por sus características formales y estilísticas, esa obra puede relacionarse con el círculo de Juan Correa, pintor novohispano que trabajó como maestro en valuaciones de obras como las Pedro de la Sierra, los de Juan Isidro, los de Mateo Martínez de la Colina, los del capitán Antonio Xiraldo, y los de Juan Millán de Poblete. Fue maestro de José de Ibarra. Mucha de su obra, sobre todo las de tema Guadalupano, llegaron a España. En 1669 pintó para la capilla de los Santos Españoles, de la ciudad de Roma, una Virgen de Guadalupe con las cuatro apariciones y San Juan Evangelista. Sus obras pueden encontrarse en la Catedral de la Ciudad de México, en el templo de Analco en Puebla, en la sacristía del templo de San Diego en Aguascalientes, en la Iglesia de la Profesa, en el templo dominicano de Oaxtepec, en el antiguo seminario de San Martín, en Tepotzotlán, en el ex-convento del Carmen en San Angel y en el Museo de Arte de Filadelfia. Algunas otras obras de Correa se han localizado en Antigua, Guatemala. En esta ocasión el artista representa a la Virgen del Popolo. Se trata de un supuesto retrato de la Virgen hecho por San Lucas, patrono de los pintores, un icono conservado actualmente en la iglesia del mismo nombre en Roma. Así, vemos a la Virgen de vestida con manto estrellado, sosteniendo en brazos al Niño, que viste también túnica y manto, aunque en colores rosa y dorado. Jesús alza su mano derecha con dos dedos extendidos, en señal de bendición. Siguiendo el modelo del icono de la “Madonna del Popolo”, las figuras muestran posiciones hieráticas y solemnes, y la vista fija al frente, sin mirarse la una a la otra. No obstante, el modelado de los rostros y las manos evidencia una clara influencia clásica, dado que es marcadamente escultórico.