Seguidor de MARTENS VAN HEEMSKERCK (Heemskerk, 1498 – Haarlem, 1574)
“El cortejo de la pobreza”.
Óleo sobre tabla. Engatillada.
Presenta repintes en la superficie pictórica.
Medidas: 68 x 99 cm; 84 x 114 cm (marco).
La escena se enmarca en un paisaje característico de la pintura neerlandesa de la época, donde se representan una ciudad, varias casas y un río que atraviesa la composición. En este entorno, se disponen diversas figuras de pequeño tamaño, integradas con minuciosidad en el conjunto. Sobre el fondo paisajístico destaca un cortejo que capta la atención del espectador: una carroza tirada por dos caballos famélicos, símbolo evidente de privación, transporta a un paje vestido de amarillo y, en un asiento preferente, a una mujer con las ropas desgarradas y el rostro demacrado. La acompañan varias figuras alegóricas: una niña que sostiene en alto un fruto rojo, una mujer encadenada que simboliza la falta de libertad y otra figura femenina que porta sobre un plato un elemento rojo con púas, que recuerda a un corazón espinado, emblema de los padecimientos asociados a la pobreza.
La composición invita a establecer paralelismos con otras obras de la historia del arte. La procesión representada evoca el reverso del Díptico del Duque de Urbino de Piero della Francesca (1472, Galería Uffizi, Florencia), donde se representan cortejos triunfales con un marcado simbolismo alegórico. La presencia de elementos tan peculiares como el corazón con púas también remite a las enigmáticas creaciones de El Bosco, cuyas composiciones han sido objeto de numerosos estudios por su posible relación con dichos populares y tradiciones flamencas. En este contexto, la figura femenina que preside el cortejo podría encarnar la pobreza, mientras que el resto de personajes y símbolos representarían las penurias asociadas a esta condición: la privación de libertad, el hambre, la enfermedad o la muerte.
El autor de la obra, Marten Jacobszoon Heemskerk van Veen, fue uno de los pintores más destacados de los Países Bajos en el siglo XVI, perteneciente a la llamada escuela de Amberes. Conocido por sus retratos, pinturas religiosas y las célebres representaciones de las Siete Maravillas del Mundo, divulgadas a través de grabados por toda Europa, su trayectoria artística estuvo marcada por la influencia del manierismo italiano. Formado con Jan van Scorel, adquirió en su taller las bases del lenguaje manierista, aunque su estilo se transformó profundamente tras su estancia en Italia, especialmente en Roma, donde se cree que colaboró con Antonio da Sangallo el Joven en la Porta de San Sebastiano. A su regreso a los Países Bajos en 1536, mantuvo un gusto ornamental que le otorgó prestigio y una posición acomodada. Su obra, aunque no demasiado abundante, se conserva en destacadas instituciones como el Fitzwilliam Museum de Cambridge, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, el Museo Nacional de Varsovia o el Rijksmuseum de Ámsterdam, además de importantes colecciones privadas.