Escuela de ANTON RAPHAEL MENGS (Aussig, Bohemia, 1728-Roma, 1779).
“Retrato de la Marquesa de Llano”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Medidas: 66 x 42 cm; 87 x 73,5 cm (marco).
La obra destaca por la naturalidad con la que está retratada la efigie de la protagonista, con su rostro dirigido al espectador, esbozando una leve sonrisa, que comunica a quien observa la pieza. Además, el detalle del botón desabrochado del vestido en la zona del escote aporta naturalidad a la escena. Mostrando así una personalidad cercana y afable y definiendo a la vez el artista, los rasgos propios del retrato psicológico. Estilísticamente la obra recuerda al retrato de la marquesa de Llano, doña Isabel de Parreño y Arce pintado por Mengs que actualmente pertenece a la colección la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. “El retrato fue pintado por Mengs en Parma en 1770, cuando el primer marido de la marquesa, don José Agustín de Llano era ministro plenipotenciario de Carlos III en aquella corte”.
Pintor y teórico del neoclasicimo, Anton Raphael Mengs se formó tanto en el aspecto práctico de la pintura como en la teoría del arte, bajo la influencia de Winckelmann, de quien fue amigo y destacado alumno. Se formó en Dresde bajo la dirección de su padre, Ismael Mengs, pintor de la corte. Posteriormente, entre 7141 y 1744, viajará a Roma para ampliar su formación junto a Marco Benefial, estudiando especialmente la escultura antigua y la pintura de Rafael y los clasicistas del siglo XVII. En 1744 regresa a Dresde y es nombrado pintor de corte, donde se dedicará principalmente a realizar retratos. En 1746 es nombrado pintor del rey Augusto III de Polonia, y posteriormente emprende un viaje por Italia que finalizará en Roma, ciudad donde se establecerá definitivamente. En la capital italiana realizará importantes obras religiosas y mitológicas al fresco, evidenciando un estilo maduro de carácter netamente neoclásico, influenciado por el Renacimiento y, más concretamente, por la obra de Rafael. En 1761 es llamado a España, donde permanecerá hasta 1769 como primer pintor del rey Carlos III. Para él realizó obras destinadas a decorar los palacios Real y de Aranjuez, y también pintó importantes retratos. Su presencia en Madrid arrinconó definitivamente a Tiépolo, dado que Mengs representaba un nuevo gusto que gozó de gran aceptación en la corte. Aunque regresaría después a Roma, visitará de nuevo la corte española entre 1774 y 1776, poco antes de contraer la enfermedad que le llevaría a fallecer en Italia en 1779. Actualmente se conservan obras de Mengs en el Museo del Prado, el Louvre de París, el Hermitage de San Petersburgo, el Metropolitan de Nueva York, la National Gallery y la Royal Collection de Londres, el Art Institute de Chicago, el Albertina de Viena y otras destacadas pinacotecas de Europa y los Estados Unidos.