Maestro toscano; último tercio del siglo XVII.
“Santa Cecilia”.
Óleo sobre lienzo.
Conserva tela original.
Presenta inscripción ilegible en el ángulo inferior izquierdo, posiblemente firma.
Medidas: 71,5 x 56 cm; 90 x 74,5 cm (marco).
Esta obra se basa en una pintura de Onorio Marini, realizada entre 1684 y 1687, que se conserva actualmente en el Statens Museum for Kunst de Copenhague. La pieza está protagonizada por Santa Cecilia, reconocible por la presencia del órgano y la corona de rosas. Es interesante notar cómo, gracias a la composición, el artista introduce cierta ambigüedad entre el género del retrato y el religioso. Para lograrlo, centra su atención en el busto de la santa, que se presenta de frente al espectador, aunque levemente girado, siguiendo el estilo típico de los retratos de la época.
El artista prescinde de elementos habituales en las representaciones de Santa Cecilia, como los angelillos que suelen acompañarla mientras toca el órgano. En esta obra, la joven de cabellos rubios adquiere un carácter monumental, dominando casi por completo la escena sobre un fondo neutro de tonos cobrizos. Estos tonos realzan la volumetría de la figura, dándole una presencia destacada.
La calidad de las telas merece una mención especial: los delicados detalles, como los hilos de oro bordados y los pliegues de la camisa interior, subrayan la importancia de la figura femenina. Con ello, el artista dirige explícitamente la atención del espectador hacia el retrato de la dama, logrando una representación propia del Barroco que exalta la santidad de una manera cotidiana y pedagógica.
Santa Cecilia, la más popular de las mártires romanas junto a santa Inés. Joven patricia de la familia Caecilia, fue forzada por sus padres a contraer matrimonio, si bien en la habitación nupcial ella convirtió a su marido al ideal de la castidad cristiana. El joven esposo se hizo bautizar junto a su hermano, y ambos fueron condenados a muerte. Como Cecilia se negó a ofrecer sacrificios a los dioses, fue condenada a morir ahogada por el vapor de un caldario sobrecalentado, pero un rocío celestial la refrescó. Entonces se ordenó que fuera decapitada, pero su verdugo le asestó tres golpes sin conseguir separar la cabeza del cuerpo. Como la ley romana prohibía seguir golpeando al condenado tras estos tres intentos, Cecilia sobrevivió tres días. Murió en presencia del papa Urbano y fue sepultada en el cementerio de Calixto. Santa Cecilia es, desde el siglo XV, la patrona de los músicos, cantores y organistas, así como de los fabricantes de órganos e instrumentos de cuerda. En su origen santa Cecilia, como la mayoría de las mártires, no llevaba ningún atributo identificatorio. Fue a finales del siglo XV, al pasar a ser patrona de los músicos, cuando recibió como atributo un instrumento musical, un órgano portátil o fijo.