PEDRO NÚÑEZ DE VILLAVICENCIO (Sevilla, 1644 - Madrid, 1695).
“Cortesana con cliente”.
Óleo sobre lienzo.
Adjunta informe de Alessandro Nesi (21/09/2024).
Medidas: 87 x 79 cm.
Estamos ante una pintura de elevada calidad, en la que el autor trata un tema de género que fue frecuente durante el barroco de herencia caraveggesca: una escena de prostitución en la que una cortesana habla con un cliente. La mujer sostiene una bolsa con el dinero, lo que indica que ya ha cobrado por su trabajo. Sin embargo, el hombre parece reclamarle algo más y ella le responde con el gesto sacrílego de mandarlo al infierno, colocando el dedo pulgar entre el índice y el corazón. En la pintura de la época podemos ver ese mismo gesto en los soldados que se burlan de Jesús cuando va a ser crucificado. En el contexto que nos ocupa, añade picardía a la escena, de la que por otra parte cabe resaltar la alta calidad de la ejecución pictórica: el rostro ajado del hombre de barba entrecana en contraste con la piel lozana de la joven, la mano escorzada del cliente y el detalle de las uñas sucias, los logrados efectos plásticos que emulan el terciopelo, el hábil drapeado de las mangas, las costura del hombro de ante... El manejo pictórico y las relaciones cromáticas denotan la influencia de Murillo, de quien Núñez de Villavicencio fue amigo y discípulo, así como el trazo denso de Velázquez. Asimismo se aprecian ecos de Caravaggio filtrados por Mattia Preti, con quien Núñez colaboró. Cabe asimismo cotejar nuestro cuadro con "Muchachos jugando a los dados" de Núñez conservado en el Museo del Prado para emparentar las figuras con las carnaciones claras y vibrantes de la cortesana, así como la similitud de los drapeados que camuflan los distintos tipos de tela, e incluso, la paleta general de rosados, marrones, azul claro y blanco puro. Lo mismo puede decirse del "Aguador" del Museo de Bellas Artes de Sevilla, con el que el historiador Alessandro Nesi también lo relaciona en su informe.
Nacido en Sevilla, Pedro Núñez participó en la fundación de la Academia de Bellas Artes de Sevilla, fundada por Murillo y Herrera el Mozo. Murillo dirigió este taller con numerosos ayudantes y aprendices cuyo principal objetivo fue completar la formación de los jóvenes pintores, considerados insuficientes en el dibujo. La participación de Pedro Núñez fue, para su edad, ciertamente excepcional, realizando algunas de las incorporaciones en la sala del mercado de Sevilla donde se asienta la institución artística. Él mismo se convirtió en miembro de la Orden de San Juan de Jerusalén en 1661, y tuvo que instalarse en Malta, alternando con viajes a Sevilla, posiblemente Roma, y el sur de Italia, donde trabajó como pintor y conoció al calabrés Mattia Preti. En 1675, debido a la peste que estalló en Malta, regresó definitivamente a Sevilla, donde se convirtió en el referente de la Orden en materia administrativa del Priorato de su Orden en Castilla.En 1693 y 1694 fue a Madrid para participar en la comisión que iba a nombrar al embajador de la Orden en la Corte de Madrid. Fue en esta ocasión que le ofreció la pintura Juegos infantiles a Carlos II.A su regreso de uno de sus viajes a Sevilla. Es conocido por ser amigo y albacea de Murillo a la muerte del maestro de Sevilla en 1682.