Escuela napolitana del siglo XVII.
“San Jerónimo”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta faltas y repintes.
Medidas: 100 x 75 cm; 120 x 97 x 5 cm (marco).
En esta obra el pintor nos ofrece una imagen dramática y cargada de emoción mística, muy propia del arte contrarreformista italiano. Así, vemos una obra de composición clara y escueta, con el santo de medio cuerpo en primer plano, destacado por la iluminación directa, tenebrista, sobre un fondo neutro y oscuro. Como también es habitual en este momento dentro de la escuela italiana, san Jerónimo aparece durante su periodo de penitencia en el desierto, muy delgado y extenuado físicamente, escribiendo y meditando junto a un cráneo humano. Junto a él descansa un crucifijo y en su mano izquierda sostiene las Sagradas Escrituras. Alejado de toda idealización, se trata de un cuerpo anciano de rostro sufriente, dotado de una gran expresividad, que dirige una mirada perdida, ausente, hacia la lejanía, mientras escribe sus escrituras. Junto a la mesa descansa la calavera, símbolo del tempus fugit, y el león que le acompaño desde que sacó la espina de la plata.