Escuela andaluza; siglo XVIII.
“La presentación de Jesús en el templo”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta marco de principios del siglo XX con faltas.
Medidas: 85,5 x 66 cm, 103 x 80 cm (marco).
En este lienzo el autor narra la presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén, un tema iconográfico muy repetido a lo largo de la historia del arte, dentro del ciclo de la vida de Jesús. Lucas el Evangelista (Lucas 2, 22-40) narra el episodio, en el cual María y José llevaron al Niño al templo y, según la costumbre ofrecieron como sacrificio dos tórtolas. Según la ley judía de la época, todo primogénito debía ser consagrado al Señor, en recuerdo de la matanza de los inocentes. En el templo se encontraba Simeón, anciano que tenía fama de ser un hombre justo. Al ver al Niño, tuvo la convicción de que actuaba impulsado por el Espíritu, lo tomó en brazos y lo bendijo, diciendo el “Nunc dimitis” o Cántico de Simeón. Este sabio anciano era un devoto judío a quien el Espíritu Santo le había prometido que no moriría hasta haber visto al Salvador. Completa la escena la profetisa Ana, quien vivía en el templo. Ella, al presenciar este acontecimiento, comenzó a hablar del Niño a todo aquel que esperaba la redención de Jerusalén. La versión plástica conservada más antigua de este episodio se halla en el mosaico del arco triunfal de la iglesia de Santa María la Mayor de Roma, del siglo V, donde ya figuran los cuatro protagonistas. Por lo general la escena es representada con María ofreciendo al Niño a Simeón, como aquí vemos. En otras versiones Simeón sostiene al Niño, mientras María realiza la ofrenda de las palomas. Casi siempre aparece, a un lado o en un rincón, la profetisa Ana, y a veces también San José, aquí en la zona inferior derecha.