Escuela italiana; siglo XVIII.
“Paisaje”.
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 43,5 x 66 cm; 68 x 90 cm (marco).
Las pinturas de tema pastoril como la que nos ocupa alcanzaron especial popularidad en el siglo XVIII por su mescolanza de idealización bucólica y paisaje natural, pues se aprecia en ellos un loable empeño en captar la luz y la fronda de forma fidedigna. Este género, desarrollado como parte del Rococó, a menudo celebraba la vida rural con toques de refinamiento y encanto romántico. Las figuras, aunque entrañables en su tratamiento, pierden protagonismo ante la magnificencia del paisaje. Autores como Marco Ricci y Francesco Zuccarelli destacaron en este género, y su influencia se aprecia en nuestra pintura.
El paisaje permitía al espectador disfrutar de escenas naturales idealizadas, que evocaban tranquilidad y belleza en espacios íntimos. Este tipo de obras solía inspirarse en la tradición del paisaje holandés y flamenco del siglo XVII, con escenas que no solo capturaban la naturaleza, sino que también transmitían estados de ánimo mediante el uso del color y la luz. Además, en un mundo donde el Grand Tour se volvió popular entre la aristocracia europea, estos paisajes podían servir como recordatorios de lugares visitados o como imágenes ideales de un mundo pastoral y ordenado.