Escuela española; primera mitad del siglo XVII.
“Sibila europea”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado anitiguo.
Posee marco de época.
Medidas: 116 x 97,5 cm; 134 x 115 cm (marco).
La sibila europea es una de las doce profetisas mitológicas. En este caso concreto la escena se aleja de la representación habitual de la temática, ya que en la zona inferior dos grifos sostienen la leyenda que reza “Será circuncidado como Dios manda”, mientras que la protagonista apoya una de sus manos sobre un cuadro en el que se aprecia la representación religiosa de la circuncisión de Jesús Niño. Con la otra mano, la joven señala el cielo y dirige hacia arriba su mirada, constatando así de su relevancia mística entre el mundo terrenal y el divino.
Desde el Renacimiento, la representación de Sibilias en composiciones similares a las del retrato coetáneo, como damas ricamente ataviadas a la moda de la época. De hecho, se conocen ejemplos de obras en las que importantes aristócratas aparecen retratadas como sibilas, tanto en Italia como en otros países. En esta pintura de época barroca, cabe destacar la atención puesta en la plasmación del suntuoso atuendo. Los ojos almendrados transmiten melancolía. El arrebol de las mejillas armoniza con el carmín de los labios bellamente perfilados.
En la mitología griega antigua, la Sibila era una profetisa, inspirada a veces por Apolo y cuyos poderes tenían una procedencia divina. Sin embargo, el número de estas mujeres pronto aumenta, y se pasa de tres hasta doce, en todos los casos sin saber el nombre de las mismas, sino conociéndolas solo por el gentilicio del paraje donde moraban. Fue el Renacimiento quien recuperó esta figura, considerándolas anunciadoras de Cristo en la tradición pagana para así darle valor a la misma y “cristianizarla”. De todas las obras en que aparecen la más conocida es, probablemente, la Bóveda de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, que muestra a las cinco más representativas del momento (Eritrea, Pérsica, Líbica, Cumana y Délfica).