Escuela española siguiendo modelos del siglo XVII; siglo XIX.
“Florero”.
Óleo sobre lienzo.
Medidas: 95 x 69 cm; 104 x 67 cm (marco).
Esta pintura sigue un esquema compositivo que conoció gran auge durante el barroco. En el modo de resolver la diversidad de flores de alegre coloridos, en los que se ha usado una pincelada densa de brillante pigmento, es reconocible el gusto de la escuela italiana. La jugosidad cromática de la pieza floral avanza soluciones rococó, que tienden al horror vacui. El pintor ha congelado el momento de máxima madurez de la flor, previa a su decaimiento, de hecho en la base se ven dos flores que han sucumbido. El fondo oscuro resalta la luz del bodegón, extrayendo una amplia gama de tonalidades.
La naturaleza muerta o el bodegón ocupaba el peldaño más bajo de la jerarquía de géneros propios de la historia del arte, sin embargo, fue volviéndose cada vez popular entre los compradores. Además del tema independiente de la naturaleza muerta, abocaba otros tipos temas de la pintura al utilizar elementos prominentes, generalmente simbólicos, e imágenes que se basaban en una multitud de elementos de la naturaleza aparentemente para reproducir una parte de la vida. Cabe destacar que dentro del bodegón, la representación de flores, o floreros se estableció como un subgénero muy apreciado entre los coleccionistas, que veían en estas pinturas el elemento perfecto para la decoración de sus amplias propiedades.