y volver al lote.
28 Oct 2024 15:11
PEDRO DE MOYA (Granada, c. 1610- 15 de enero de 1674).
“La Virgen con el Niño y san Juan”.
Óleo sobre lienzo.
Conserva tela original y marco del siglo XVIII con faltas.
Presenta faltas y perforaciones.
Medidas. 102 x 90 cm; 127 x 100 cm (marco).
Este cuadro representa a la virgen sentada con el niño Jesús jugueteando en su regazo. Aunque es una escena de interior, ciertamente sencilla, posee algunos elementos como el bello jarro de cristal con azucenas encima de la mesa que pudiera tener un valor simbólico y representar a San José. Bajo la mesa hay también un cesto de costura que pudiera hacer referencia a la laboriosidad de María. La composición presenta la disposición piramidal clásica. En el vértice de dicho triangulo estarían las cabezas de María y su hijo. La obra presenta claramente características propias de la pintura granadina de la segunda mitad del XVII, tras la influencia mostrada por Alonso Cano y apreciable en otros pintores granadinos como Juan de Sevilla, Pedro Atanasio de Bocanegra y Pedro de Moya o Niño de Guevara en Málaga. Se trata de una excepcional pintura de primera calidad en esta orbita mencionada, pero resulta ciertamente difícil proponer una atribución certera. Algunos han visto en esta obra cierta relación con otras de Pedro Atanasio de Bocanegra, cosa en absoluto descabellada. También puede tener cierta conexión con otras obras como la virgen de la Buena Leche de la parroquia de e San Pedro y San Pablo de Granada, catalogada como anónimo granadino de finales del siglo XVII. La pieza presenta ciertas similitudes con la pintura “Visión de Santa María Magdalena de Pazzi” perteneciente a la colección del Museo de Bellas Artes de Granada. En ambas se puede apreciar una gama cromática similar que se aprecia especialmente en el uso de una gama tornasolada apreciable en el rosa y el azul del manto de la Virgen.
Existen pocos datos biográficos sobre la vida de Pedro de Moya, según las palabras de Palominio, Pedro de Moya comenzó su formación en Sevilla de la mano del maestro Juan del Castillo. Fue en dicha ciudad donde estableció contacto con la pintura de Murillo y Alonso Cano, los cuales influyeron artísticamente en la concepción pictórica de Pedro de Moya. Se conoce que se trasladó a Flandes, debido a su condición militar, y estableció contacto con el pintor Van Dyck, además de con Rubens. La cercanía con Van Dyck ha dado pie a pensar que Pedro de Moya se trasladó a Inglaterra junto al maestro. Es probable que volviese a España en el año 1641, primero en la ciudad de Sevilla y posteriormente en Granada. Es probable que esta condición de vida nómada dificultase la investigación respecto a su biografía, además a dicha característica se le debe añadir un escaso conocimiento de su producción artistita, ya que en la actualidad existen pocas obras documentadas del maestro. Estéticamente su pintura se definió por un estilo continuador al de Cano.