MAESTRO DE JAN VICENTE o MAESTRO DE SAN JULIAN (Activos en Aragón en el S. XV)
“San Juan Bautista”.
Óleo sobre tabla. Engatillada.
Adjunta informe expedido por Doña Isabel Mateo.
Medidas: 110 x 62 cm; 127 x 73 cm (marco).
El santo aparece en el centro de la composición con sus atributos característicos, descalzo y vistiendo la habitual de piel de camello que apenas se aprecia debido a la suntuosa túnica que se sobrepone sobre su cuerpo. Sostiene un libro en el que se apoya un cordero orlado con nimbo, mientras que con la mano derecha señala la representación del Agnus Dei o cordero místico. Inscrito en un interior abierto a un empolvado celaje, el santo copa la totalidad de la obra destacando su monumentalidad anatómica de carácter realista, aunque cabe citar que esta conserva cierta distorsión gótica que se aprecia especialmente en el brazo. La obra destaca estilísticamente por la convivencia entre una estética de herencia gótica y nuevos preceptos estilísticos de carácter renacentista que se aprecian tanto en la arquitectura de formas depuradas y el verismo del rostro del santo. Los evangelios dicen de Juan el Bautista que fue hijo del sacerdote Zacarías y de Isabel, prima de la Virgen María. Se retiró muy joven al desierto de Judea para llevar una vida ascética y predicar la penitencia, y reconoció en Jesús, que se hizo bautizar por él, al Mesías anunciado por los profetas. Un año después del bautismo de Cristo, en el año 29, Juan fue arrestado y encarcelado por el tetrarca de Galilea Herodes Antipas, cuyo matrimonio con Herodías, su sobrina y cuñada, se había atrevido a censurar. Finalmente, san Juan fue decapitado, y su cabeza entregada a Salomé como premio por sus hermosas danzas.
Durante el siglo XV, la influencia de la escuela pictórica flamenca fue clave en el desarrollo del arte europeo, y de manera especial en España, ligada a los Países Bajos por lazos políticos y económicos. En ese momento, los pintores flamencos sentaron un modelo estilístico basado en la búsqueda de la realidad, centrándose en la plasmación de las calidades de los objetos, otorgando una especial importancia a los detalles secundarios y utilizando una técnica lisa y dibujística. En el siglo XVI, a raíz de la introducción de las novedades del renacimiento italiano, el estilo flamenco evoluciona hacia un sentido más clásico y escultórico, conservando sin embargo sus características propias.
En la escuela aragonesa de finales del siglo XV-principios del siglo XVI el influjo italiano llega primero en su forma primitiva, con las obras del Quattrocento, y pronto deja paso a las contemporáneas influencias manieristas. Se produce en esta centuria la transición entre el lenguaje de influencia flamenca y el nuevo estilo italianizante, que deja atrás el sentido rico y detallista del lenguaje hispanoflamenco. No obstante, esta llegada de nuevos estilos no será uniforme en toda España; en el litoral mediterráneo llegarán antes estas influencias gracias a la vinculación de la corona de Aragón con Italia. En cambio, en Castilla y el interior de la Península pervivirán las influencias flamencas y tardogóticas, en gran parte impulsadas por los Reyes Católicos y por una clientela aún apegada a las antiguas formas.