MAESTRO CARAVAGGISTA; siglo XVII.
“Cristo y Nicodemo”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Medidas: 86,5 x 121 cm; 100 x 136,5 cm (marco).
En un formato apaisado el artista nos muestra a los protagonistas en primer plano, aunque destaca la figura de Jesús al utilizar un manto de color rojo cuya expresividad y simbología anticipa el destino de ambos hombres, de hecho Jesús acerca la mano derecha hacia Nicodemo que le mira recelosamente, como requiriendo su ayuda que será prestada en los momentos más cruciales de la vida de Cristo. El autor de manera anecdótica nos introduce númerosos detalles que enriquecen la escena, ejemplo de ello son las joyas y las pieles que vista Nicodemo y el bodegón de libros que nos indica que se trata de un hombre altamente posicionado en la sociedad por su labor como sabio. Técnicamente el autor recurre a una composición de larga tradición a modo de friso, lo que permite centrar la atención en los detalles como el verismo de las manos o los rostros, en concreto el de Nicodemo.
Estilísticamente, la obra muestra una clara influencia de Caravaggio y los seguidores de su estilo: uso teatral de un foco de luz potente, combinación de esta fuerte iluminación con áreas en oscuridad, uso de diagonales, empleo de modelos inspirados en el pueblo llano (aunque sin el extraordinario realismo del maestro italiano en la presente obra por haber un mayor grado de idealización en los rostros), etc. Michelangelo Merisi da Caravaggio, conocido como Caravaggio, fue un pintor italiano, activo en Roma, Nápoles, Malta y Sicilia entre 1593 y 1610. Su pintura combina una observación realista de la figura humana, tanto en lo físico como en lo emocional, con un uso dramático de la luz, lo cual ejerció una influencia decisiva en la formación de la pintura del Barroco. Caravaggio plasmaba una detenida observación anatómica con un uso dramático del claroscuro que llegaría a ser conocido como tenebrismo. Esta técnica se convirtió en un elemento estilístico dominante, oscureciendo las sombras y transfigurando objetos en brillantes haces de luz. Expresó vívidamente momentos y escenas cruciales, a menudo con luchas violentas, tortura y muerte. Trabajaba rápido con modelos del natural, prescindiendo de los bocetos para trabajar directamente sobre el lienzo. Su influencia fue profunda en el nuevo estilo barroco que emergió del manierismo y se puede rastrear en las obras de grandes maestros como Pedro Pablo Rubens, José de Ribera, Rembrandt y Diego Velázquez, así como en innumerables artistas de la siguiente generación, que por manifestar su profundo influjo fueron llamados «caravaggistas» o «tenebristas».