y volver al lote.
01 Oct 2024 18:15
Escuela española; siglo XVII.
“Oración en el huerto”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta repintes y restauraciones sobre la superficie pictórica.
Posee marco del siglo XVIII.
Medidas: 160,5 x 118,5 cm; 185 x 143 cm (marco).
Óleo sobre lienzo en el cual se representa una temática de carácter devocional. Se trata de Jesús en el Huerto de los Olivos en el momento en que el ángel le conforta, mientras sus discípulos Pedro, Juan y Santiago duermen a su lado (Mateo: cap. 26 v. 37; Marcos: cap. 14 v. 33). Los evangelios narran que, angustiado por una extraña tristeza, Jesús acudió a orar al monte de los Olivos, hacia donde le siguieron los apóstoles. Una vez allí, Jesús se retira a un lado para rezar, haciéndosele presente el momento de la crucifixión. Así, este episodio da inicio a la Pasión cruenta en el alma de Cristo. Los apóstoles caen en un profundo sueño, y un ángel se aparece a Jesús para confortarle. De hecho, este episodio alude a la más grande de las tentaciones de la vida de Jesús, la última de todas: conociendo su destino, puede huir de sus enemigos o seguir cumpliendo con su misión divina, arriesgando su vida. (Lucas: 22, 39- 46 ). El cual narra como Jesús puesto de rodillas oraba diciendo: «Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya». Entonces, se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba. Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra. Levantándose de la oración, vino donde los discípulos y los encontró dormidos por la tristeza; y les dijo: «¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad para que no caigáis en tentación».
El estilo de la obra sigue los preceptos de la escuela española. La figura de Jesucristo destaca sobre un fondo neutro y oscuro, que realza su corporeidad monumental, su anatomía clásica y escultórica. Sus proporciones no son las estilizadas y casi deformadas del pleno manierismo, pero en su tratamiento anatómico sigue predominando un dibujo riguroso y preciso. En este caso el autor prescinde de los apóstoles que suelen ser representador dormidos. De tal manera el artista solo otorga el protagonismo a la figura de Cristo y el ángel mostrando así un momento trascendental de la religión.