y volver al lote.
01 Oct 2024 15:31
Escuela española; segunda mitad del siglo XVI.
“Oración en el huerto”.
Óleo sobre lienzo pegado a tabla.
Posee marco con desperfectos y daños provocados por xilófagos.
Medidas: 45 x 37 cm; 52 x 44,5 cm (marco).
Esta pintura devocional representa a Jesús en el Huerto de los Olivos en el momento en que el ángel le conforta, mientras sus discípulos Pedro, Juan y Santiago duermen a su lado (Mateo: cap. 26 v. 37; Marcos: cap. 14 v. 33). Los evangelios narran que, angustiado por una extraña tristeza, Jesús acudió a orar al monte de los Olivos, hacia donde le siguieron los apóstoles. Una vez allí, Jesús se retira a un lado para rezar, haciéndosele presente el momento de la crucifixión. Así, este episodio da inicio a la Pasión cruenta en el alma de Cristo. Los apóstoles caen en un profundo sueño, y un ángel se aparece a Jesús para confortarle. De hecho, este episodio alude a la más grande de las tentaciones de la vida de Jesús, la última de todas: conociendo su destino, puede huir de sus enemigos o seguir cumpliendo con su misión divina, arriesgando su vida.
Estéticamente la obra pertenece a la escuela española que se caracterizó por la gran influencia de los primitivos flamencos, que pervivió en España durante mucho tiempo, debido en gran parte a los lazos políticos y culturales entre ambos países. La pintura flamenca era, en el siglo XV, la más avanzada de Europa, e influyó en todas las escuelas nacionales, incluyendo a la italiana. Se consideraba un arte de enorme refinamiento, con obras realizadas y tratadas como joyas. También se debía esta consideración a los riquísimos materiales empleados en su ejecución, así como los montajes de las tablas que, como aquí vemos, eran de una gran riqueza. Los rasgos de la escuela hispano-flamenca son cercanos a los de la pintura flamenca, empezando por la máxima preocupación de los pintores de Flandes, la búsqueda de la realidad por encima de todo. En relación con este anhelo, se presta una enorme atención a las calidades de los objetos, así como a los más mínimos detalles, dotados además frecuentemente de una carga simbólica. La iconografía sigue siendo principalmente religiosa, y en las escenas predominará un dibujo correcto y preciso, muy minucioso.