y volver al lote.
01 Oct 2024 18:03
Escuela española; siglo XVII.
“Bodegón con carne y verduras”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta repintes y restauraciones sobre la superficie pictórica.
Medidas: 67 x 88 cm; 85 x 112 cm (marco).
Desde una perspectiva alta, el artista de esta escena nos presenta un bodegón característico por su singularidad. Los elementos se disponen sobre un fondo neutro completamente oscuro, realzando así cada uno de ellos su monumentalidad y sus formas, aunque cabe destacar que a su vez se crea un efecto de carácter ilusionista. De hecho incluso las dimensiones de los alimentos como el calabacín parecen distorsionadas. Cabe destacar que las hiperbólicas descripciones de las pinturas en la literatura clásica concedían gran valor a la mimesis o imitación del mundo natural. Este desafió ayudaba a explicar el elaborado naturalismo de la pintura de bodegones, desde su misma aparición como género independiente y definido, así como el carácter ilusionista de algunos de sus primeros ejemplos en la escuela bodegoneaste.
El bodegón en España fue uno de los géneros más característicos y, por sus especiales particularidades, se diferencia claramente de este mismo tema en talleres del resto de Europa. El término apareció ya a finales del siglo XVI, y destaca en esta escuela por su austeridad, en claro contraste con la suntuosidad flamenca, aunque contando con una serie de influencias de ésta y de la escuela italiana. Las obras de Sánchez Cotán alcanzó tal éxito que su estilo contó con numerosos seguidores (Juan de Espinosa, Antonio Ponce, Juan van der Hamen y León, etc.). En este contexto, la escuela sevillana aportó sus propias particularidades, gracias, sobre todo a Velázquez y Zurbarán. Muy apreciada dentro del mercado del anticuariado, así como entre los coleccionistas y los historiadores del arte, la escuela bodegonista española del barroco gozó de un espectacular desarrollo, dejando atrás los fastos del siglo XVI y progresando dentro de un estilo plenamente barroco y claramente identificable. En España el desarrollo del género estuvo claramente marcado por la influencia italiana, en concreto por la aportación de la escuela napolitana. Actualmente esta escuela es considerada una de las más destacadas dentro de la naturaleza muerta, debido a su larga tradición histórica.