Escuela española, primera mitad del siglo XVII.
"Ecce Homo".
Óleo sobre tabla de pino.
Presenta faltas y restauraciones.
Medidas: 52 x 29,5 x 3 cm.
En esta pintura, el episodio del Ecce Homo ha sido representado usando una composición sencilla pero emotivamente intensa. A Jesús, maniatado y con gotas perlando su frente, los esbirros de Poncio Pilatos acaban de colocarle la corona de espinas y de envolver su cuerpo desnudo con una túnica escarlata para reírse de él (como rey de los Judíos). Los soldados blanden garrotes para apalearlo. Poncio Pilatos luce un suntuoso vestuario de seda y armiño. Un sirvienta le susurra algo al oído. Visualmente domina el tratamiento lumínico, contrastado y efectista, basado en un foco de luz del ventanal del fondo. Incidiendo de lleno sobre la figura de Cristo, crea expresivos juegos de claroscuro para realzar los rostros y las telas, sobre un fondo oscuro y neutro que realza aún más la presencia física de los personajes. También el cromatismo se embebe en los modelos barrocos de la época y por tanto se basa en una paleta restringida y cálida, matizada, de tonos ocres, terrosos y carmines.
El tema del Ecce Homo pertenece al ciclo de la Pasión, y precede al episodio de la Crucifixión. Siguiendo esta iconografía, se presenta a Jesús en el momento en que los soldados se burlan de él, tras coronarle de espinas, vestirle con una túnica púrpura y colocarle una caña en la mano, arrodillándose y exclamando “¡Salve, rey de los judíos!”. Las palabras “Ecce Homo” son las pronunciadas por Pilatos, quien aparece representada en esta escena junto a Cristo, ataviado con ropas elegantes, al presentar a Cristo ante la multitud; su traducción es “he aquí el hombre”, frase mediante la cual se mofa de Jesús y da a entender que el poder de Cristo no era tal frente al de los dirigentes que allí le estaban juzgando. El Salvador coronado de espinas o Varón de Dolores. Para esta escena, se toma al evangelista Mateo (Mt 27, 28-29:) y desnudándole, lo cubrieron con un manto de escarlata, y le pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha.