Escuela española o italiana; siglo XVII.
“San Francisco recibiendo los estigmas”.
Óleo sobre lienzo. Reentelado.
Presenta faltas.
Medidas: 253 x 194 cm.
Pintura barroca que muestra a San Francisco de Asís, recibiendo los estigmas de Cristo crucificado sobre sus manos y pies. Aparece acompañado de otro santo franciscano, que se acurruca en el suelo con su rosario, asustado ante la aparición divina. Fiel a la narración bíblica, un Cristo alado irrumpe en el cielo. Podríamos decir que esta obra se enmarca en la escuela romana del siglo XVII cercano a las obras de corte clasicista que se postulaban en esas fechas en la ciudad siguiendo el modelo de pintores como los Caracci. En particular podríamos cercar dicha escuela entre los seguidores de Pietro da Cortona y Andrea Sacchi. El rigor e interés del dibujo propio de la escuela romana se puede apreciar en esta imagen, especialmente en el rostro del santo. Las carnaciones quedan perfectamente definidas, los pómulos hundidos, las ojeras marcadas son rasgos que revelan la gran destreza técnica del autor, no solo en cuanto al dibujo sino también en cuanto al conocimiento teórico. La estigmatización de san Francisco es uno de los temas más dramáticos de la vida del santo de tal manera que el autor lo refleja en la anatomía del protagonista quien exuda el pathos a través de su rostro y de su gesto donde se puede apreciar el temor y la inquietud respecto a la aparición divina que irrumpe en el cielo.
Cuenta la leyenda que la estigmación del santo se produjo en el monte Albernia, paraje donde se había retirado y en el que tuvo lugar la visión de Cristo provisto de seis alas, clavado en una cruz. De un modo reflejo, se reprodujeron en su cuerpo las llagas de Jesús. San Francisco recibiendo los estigmas fue un capítulo popular de la vida de este santo nacido en Asís en 1182. Hijo de un comerciante, abandonó las comodidades que le ofrecía su herencia familiar para fundar una de las órdenes mendicantes con mayor número de seguidores. San Francisco fue canonizado dos años después de su muerte, en 1228, y su biógrafo fue Tomás de Celano. San Francisco murió en el convento de la Porciúncula, lugar próximo a Asís, donde se reunía con sus discípulos. La estigmatización se produjo en 1224, en el monte Albernia, en el que tuvo lugar la visión detallada por Tomás de Celano.