Escuela francesa; último tercio del siglo XVIII.
“Paisajes”.
Óleos sobre tablas.
Conservan marcos de época con faltas.
Medidas: 14 x 19 cm (x2); 28 x 33 cm (marcos, x2).
En esta pareja de óleos, las figuras humanas quedan subsumidos al gran protagonista, que es el paisaje: la captación atmosférica resulta especialmente lograda, con las copas de los árboles absorbiendo las luces del atardecer.
Uno de los aspectos más radicales de la pintura romántica fue el intento de sustituir los grandes lienzos de tema histórico o religioso por el paisaje. Pretendían que el paisaje puro, casi sin figuras o totalmente carente de ellas, alcanzara la significación heroica de la pintura de historia. Se basaban en la idea de que el sentimiento humano y la naturaleza debían ser complementarios, uno reflejado en el otro. Es decir, el paisaje debía despertar emoción y transmitir ideas. Así, paisajistas como el autor de esta pintura trataron de expresar sus sentimientos a través del paisaje, en vez de imitarlo.