Seguidor de FRANCESCO VANNI (Siena, 1563 – 1610).
“Virgen del Silencio”.
Óleo sobre cobre.
Medidas: 21 x 15,5 cm; 36,5 x 30 cm (marco).
El tema iconográfico es la contemplación del niño que está durmiendo mientras su madre la Virgen, le adora. Es la combinación de los conceptos de madre e hijo en actitud natural y tierna, así como madre de Dios observando el carácter divino y trascendental de su hijo. El pintor nos ofrece una escena de larguísima tradición en el Occidente cristiano, trabajado con sutiles gradaciones de medios tonos. Desde finales de la edad media los artistas insistieron en representar, de forma cada vez más intensa, el vínculo de afecto que unió a Cristo con su Madre y la estrecha relación entre ambos, esto se incentivó en el Renacimiento y, naturalmente, en época barroca, cuando la exacerbación de las emociones caracterizaba a buena parte de la producción artística. Dicha característica fue tornándose cada vez más común a lo largo de los siglos. Cabe destaca la simbología de los colores de las telas, el manto azul que representa la universalidad, la túnica roja en alusión a la pasión de Cristo, y la tela blanca que muestra la pureza y la inocencia de Jesús. Por lo tanto, a pesar de la calma que denotan los gestos faciales de la Virgen su vestimenta, la define como una madre sufridora, consciente del destino de su hijo
Estéticamente la obra se inscribe en el círculo artístico de Francesco Vanni, pintor, dibujante, grabador, editor e impresor italiano activo en Roma y en su ciudad natal de Siena. Vanni era parte de una familia de pintores. Cuando tenía 16 años, Vanni se trasladó a Bolonia y luego a Roma. Fue aprendiz de Giovanni de 'Vecchi durante 1579-1580, aunque también recibió una gran influencia artística de otros pintores toscanos de su época. En Roma, trabajó con Salimbeni, Bartolomeo Passerotti y Andrea Lilio. El Papa Clemente VIII le encargó pintar un retablo para San Pedro, luego trasladado a mosaico, Simón el Mago reprendido por San Pedro. Pintó varios otros cuadros para iglesias romanas; incluso San Miguel derrota a los ángeles rebeldes por la sacristía de S. Gregorio; una Piedad de Santa María en Vallicella; y la Asunción de San Lorenzo en Miranda. En Siena, pintó un S. Raimondo caminando sobre el Mar para la iglesia de los Dominicos. Vanni pintó un Bautismo de Constantino (1586-1587) para la iglesia de San Agostino en Siena. Estuvo activo como grabador y grabó tres grabados devocionales según sus propios diseños. Además, fue el editor de un gran mapa de 4 planchas de Siena que él mismo había diseñado y había grabado por el grabador flamenco Pieter el Viejo. Solicitó en 1595 a Lorenzo Usimbardi ayuda para obtener apoyo financiero en la publicación del mapa.