Escuela italiana; Después de LUDOVICO CARDI; siglo XVIII.
"Ecce homo".
Óleo sobre lienzo.
Presenta faltas y perforación sobre la superficie pictórica.
Posee marco del siglo XIX con faltas.
Medidas: 175 x 136 cm; 192 x 153 cm (marco).
El autor de esta obra devocional concibe el tema del Ecce Homo, a través del uso de una composición sencilla y clara con la presencia de Cristo en el centro flanqueado en los laterales por Poncio Pilatos y un personaje que está poniéndole la capa purpura símbolo de la realiza. El autor de la obra busca cierta veracidad al concebir la imagen en lo que parecer ser una tribuna apenas apreciable, pero sobre la que se apoya la túnica de Cristo generando así un trampantojo que aporta espacialidad a la escena. Visualmente domina el tratamiento lumínico, muy contrastado y efectista, basado en un foco de luz que incide directamente sobre la figura de Cristo, creando expresivos efectos de claroscuro y dejando el resto en penumbra, sobre un fondo oscuro y neutro que realza aún más la presencia física del personaje. También el cromatismo deriva directamente de los modelos barrocos y por tanto se basa en una paleta restringida y cálida, enormemente matizada, de tonos ocres, terrosos y carmines. Estéticamente la obra recuerda en gran medida a la pintura creada en 1607, por Ludovico Cardi (San Miniato, 1559 - Roma, 1613),conocido como Cigoli, cuando este residía en Roma.
El tema del Ecce Homo pertenece al ciclo de la Pasión, y precede al episodio de la Crucifixión. Siguiendo esta iconografía, se presenta a Jesús en el momento en que los soldados se burlan de él, tras coronarle de espinas, vestirle con una túnica púrpura (aquí roja, color simbólico de la Pasión) y colocarle una caña en la mano, arrodillándose y exclamando “¡Salve, rey de los judíos!”. Las palabras “Ecce Homo” son las pronunciadas por Pilatos, quien aparece representada en esta escena junto a Cristo, ataviado con ropas elegantes, al presentar a Cristo ante la multitud; su traducción es “he aquí el hombre”, frase mediante la cual se mofa de Jesús y da a entender que el poder de Cristo no era tal frente al de los dirigentes que allí le estaban juzgando. El Salvador coronado de espinas o Varón de Dolores. Para esta escena, se toma al evangelista Mateo (Mt 27, 28-29:) y desnudándole, lo cubrieron con un manto de escarlata, y le pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha.