Taller del MAESTRO DEL HIJO PRÓDIGO (Flandes, activo ca.1530 - ca.1560), segundo tercio del siglo XVI.
"Cristo sostenido por la Virgen y San Juan",
Óleo sobre tabla de roble.
Marco del siglo XVI.
Medidas: 106 x 66 cm; 116,5 x 76 cm (marco).
El Maestro del Hijo Pródigo fue el nombre convenido por los historiadores para referirse a un pintor flamenco y diseñador de tapices y vidrieras que tuvo en Amberes un importante taller entre 1530 y 1560. Pintó temas religiosos, paisajes, escenas de género y alegorías. Se le considera uno de los principales maestros del manierismo flamenco del siglo XVI. En la pintura flamenca que nos ocupa, de notable calidad, se aprecian elementos propios del taller del Maestro del Hijo Pródigo como la exquisitez de la paleta, dotada de brillantes y tersos colores, así como la simetría compositiva y la estilización de los cuerpos. El predominio de la línea no resta importancia al modelado. El cuerpo exánime de Cristo es sostenido por la Virgen y San Juan, que lo flanquean, ocupando el Espíritu Santo el rompimiento dorado de gloria. La luz celestial parece emerger del interior del cuerpo de carnaciones marmóreas de Cristo. El paño drapeado se pliega hábilmente sobre sus piernas. Las facciones de Juan y María transmiten suma ternura y sus ojos pesarosos refulgen sobre las pieles claras con un hermoso brillo pardo.
El Maestro del Hijo Pródigo recibió su nombre de la obra "El hijo pródigo en una fiesta galante" (Kunsthistorisches Museum, Viena) y se le ha identificado sucesivamente con Jan Mandijn, con Anthonis de Palermo y con Lenaert Kroes. En torno a su obra epónima se han agrupado otras pinturas: una Piedad (National Gallery, Londres), La virtud recompensando al ardor y castigando a la pereza (colección particular) y Satán sembrando la cizaña (Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Amberes). En el colorido de sus pinturas predominan distintos tonos de rojos, verdes y amarillos. Los personajes son delgados y destacan sus manos desproporcionadamente grandes. Su obra muestra la influencia de los principales pintores que trabajaban en Amberes a mediados del siglo XVI. El acentuado realismo de algunas figuras de su obra está estrechamente relacionado con Pieter Aertsen. Un cierto manierismo en su obra le acerca a la de Jan Mandijn y Frans Floris, así como a la Escuela de Fontainebleau. Este aspecto es más evidente en sus composiciones con figuras de gran tamaño, como la de Lot y sus hijas (Museo Real de Bellas Artes de Amberes), en la que las figuras tienen un carácter escultórico. El color de la piel es claro y, en las figuras femeninas, tiene además el brillo del mármol. Las figuras con barba, en cambio, se acercan más a la obra de Frans Floris y Pieter Coecke van Aelst.