SEAN SCULLY (Dublín, 1945).
"Raval II". 1996.
Grabado al aguatinta y aguafuerte sobre papel, ejemplar 9/24.
Firmado, justificado y titulado.
Medidas: 29 x 27,5 cm.(huella); 56 x 75 cm.(papel); 63,5 x 82 cm.(marco).
La abstracción de Sean Scully se basó en la exploración de una geometría esencial y dinámica. Ello se observa en este grabado: la alternancia de rayas negras y cuadrados blancos y negros crea una composición rítmica y equilibrada. Las formas geométricas no son estáticas en la obra de Sean Scully. En cambio, parecen interactuar entre sí, generando un diálogo visual lleno de tensión y movimiento. La elección del blanco y negro enfatiza la pureza de las formas y permite al espectador concentrarse en los contrastes tonales y en la estructura de la composición. Esto también le da a la obra una sensación de atemporalidad y sobriedad.
Scully es concebido como uno de los gigantes del arte contemporáneo. Estudió en el Croydon College of Art y en la Universidad de Newcastle upon Tyne. Recibió una beca para ir a estudiar a la Universidad de Harvard a principios de la década de 1970 y desde entonces se estableció en Nueva York. Sean Scully trabaja, desde el inicio de su trayectoria, a partir de la geometría, en una línea que enlaza la tradición de la abstracción fría de Piet Mondrian y la pintura de campos de color de Mark Rothko. En la década de los ochenta, Scully incorpora a sus composiciones distintas piezas que pinta de forma independiente, lo que refuerza la tensión espacial de su característica estructura de bandas verticales y horizontales; juega de esa manera con el trampantojo que provoca la sensación de avance y retroceso de partes de la obra, potenciada por la variación de los colores. El manejo del color es esencial en la evolución del trabajo de Scully, quien prescinde del acrílico para utilizar el óleo, que ofrece mayor potencia expresiva. Su método radica en la aplicación de sucesivas capas húmedas de pintura, de manera que el color cambia en función del tiempo de secado de cada una de ellas; así, el resultado conseguido a través de cada pigmento resulta siempre inesperado. La referencia al universo vital del artista caracteriza la obra de Scully, algo que queda reflejado en los títulos que revelan, en ocasiones, el punto de partida del proceso creativo de una poética que enlaza razón y emoción. Scully fue nominado para el premio Turner en 1989 y en 1993. Ha expuesto ampliamente por toda Europa y los Estados Unidos, con presencia en algunos de los museos más importantes del mundo, incluyendo el Museo Metropolitano de Arte, el Museo de Arte Moderno de Nueva York, y el Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York, la Galería Nacional de Arte y el Smithsonian, entre otros muchos.2 Actualmente Scully vive y trabaja entre Nueva York, Barcelona y Múnich, donde ejerció de profesor en la academia de bellas artes. En 2015 inauguró el Espai d'Art Sean Scully, una instalación permanente en la capilla del Monasterio de Santa Cecília de la Montaña de Montserrat.