JOAN BROSSA CUERVO (Barcelona, 1919 – 1998) .
“Poema visual”, 1989.
Litografía sobre papel. Ejemplar 34/50.
Firmado y justificado en la zona inferior.
Medidas: 48,5 x 36,5 cm; 60 x 48 cm (marco).
Brossa fue un poeta para el que no existían distinciones de género (literario, escénico, visual, objetual...), que se inició en la escritura durante la Guerra Civil. Fue cofundador de “Dau al Set” junto a Ponç, Tàpies, Ciuxart y Tharrats, y a lo largo de su carrera recibió los premios Lletra d’Or, Ciudad de Barcelona, la Medalla Picasso de la UNESCO, el Nacional de Artes Plásticas, la Medalla de Oro al Mérito de Bellas Artes y el Nacional de Teatro de la Generalitat. En la totalidad de su obra está presente el concepto de arte como visualidad, como espectáculo. Su poesía visual y sus carteles constituyen la parte de su obra más conocida, hasta el punto de que en este terreno Brossa llega a ser un referente mundial. A partir de los años setenta manipulará los objetos para profundizar en su sentido, o bien para representar el concepto desnudo, a través de objetos y poemas plenamente cotidianos. Toda la poesía de Brossa está llena de referencias a la visualidad, y quizás por eso se introdujo también en el mundo de la plástica. Desde sus inicios, en 1941, Brossa realizó poemas visuales de tipo caligramático. De 1943 data su primer objeto, “Escorça”, verdadero “objet trouvé”. Y de 1951 es el primer objeto realizado expresamente, a partir de la asociación de dos realidades distantes (en este caso un martillo y una carta compuesta por otras dos). Pero es a partir de 1959 cuando el poeta intensifica sus investigaciones visuales con las “Suites de poesía visual”. En estas frágiles composiciones estará ya el germen de muchos de los futuros poemas visuales. Durante la década de los sesenta y, más concretamente ya, durante los setenta, se concebirán y se editarán, posteriormente, los poemas visuales y objetos brossianos más conocidos. Su temática será la misma de los poemas: denuncia sociopolítica, reflexión sobre el significado de las palabras y las cosas, juegos sorprendentes, etc. Pero el material ya no serán únicamente las palabras, sino las letras y otros elementos amados por Brossa como Fregoli, el carnaval, los juegos de manos, etc. Será a partir de la exposición en la Fundació Miró de Barcelona de 1986, “Joan Brossa o les paraules són les cosas”, y de la antológica en el MNCA Reina Sofía de 1991, cuando el poeta comience a ser reconocido en el país y en el mundo entero. Esto le permitió la realización de una serie de proyectos más complejos, que se tradujeron en instalaciones y en lo que denominó poemas corpóreos, o intervenciones sobre espacios urbanos.