ALEXANDRE DE RIQUER INGLADA (Calaf, Barcelona, 1856 – Palma de Mallorca, 1920).
“Las cuatro estaciones”, 1899-1900.
Conjunto de cuatro carteles litográficos.
Firmados y fechado en plancha.
Bibliografía de referencia: Marc Martí, "Alexandre de Riquer. Obra gràfica", Barcelona, Marc Martí, 2006, p. 130-133.
Medidas: 115 x 56,5 cm; 135 x 76 cm (cada uno).
Conjunto de cuatro carteles litográficos realizados por Alexandre de Riquer entre el año 1899 y 1900 e impresos en el taller Pierrefort de París. Alexandre de Riquer recibió en el año 1897 un encargo por parte de la Sra. Alomar para decorar el interior de un salón en un domicilio del Paseo de Gracia de Barcelona. La decoración incluyó cuatro grandes plafones de 176 x 114 cm donde se representaron las cuatro estaciones. Alexandre de Riquer quedó tan contento con el resultado que decidió realizar a partir de esas obras unos carteles litográficos estampados por el impresor Pierrefort de París en el año 1900. Alphonse Mucha, uno de los padres del cartelismo internacional, había sacado ya en 1896 una colección de 4 carteles sobre “Las cuatro estaciones”.
De la producción de Riquer se tiraron muy pocos ejemplares ya que no eran carteles publicitarios para ser colgados en las calles, sino una tirada de carteles decorativos. De estos han llegado muy pocos ejemplares a nuestros días, por lo que es muy difícil conseguir el conjunto completo de Las 4 estaciones. De hecho, no hay ninguna institución pública en este país que cuente con ejemplares de esta producción artística tan importante en la carrera de Alexandre de Riquer como ilustrador. Esta obra, junto con otros de los carteles que realizó, han permitido posicionar a Alexandre de Riquer cómo uno de los cartelistas más cotizados a nivel internacional junto con Alphonse Mucha, Henri de Toulouse-Lautrec o Cassandre.
Dibujante, pintor y poeta, de Riquer inicia sus estudios en Manresa y el Languedoc, Francia. De vuelta a Barcelona, completa su formación con Tomás Padró y Antoni Caba, en La Lonja. Viaja a continuación a París y Londres, siendo de especial importancia su contacto en Inglaterra con el japonismo, el prerrafaelismo y el movimiento Arts & Crafts. Influido por figuras como la de William Morris, encarnó el ideal prerrafaelita: artista, artesano y poeta reunidos en el mismo hombre. Fundó un taller de muebles, realizó diseños para artes decorativas y colaboró como dibujante y poeta con las publicaciones más destacadas del modernismo catalán. Asimismo, introdujo el arte del ex-libris en Cataluña, disciplina en la que alcanzó fama mundial. Participó en numerosas muestras y exposiciones, obteniendo primeras medallas en la Universal de Barcelona (1888), la Nacional de Madrid (1906) y la Universal de Chicago (1893). Riquer está representado en el Museo del Prado, el Nacional de Arte de Cataluña, el Ateneo barcelonés, el Cau Ferrat y el Museo Diocesano de Barcelona, entre muchos otros.