Caja de compases. Rusia, finales del siglo XIX.
Caja de instrumentos de dibujo técnico con compases de precisión. La caja es de madera barnizada, con escudo cartela de latón incrustado en la tapa para iniciales, cierre metálico (sin llave) y bisagras de latón. El interior está forrado en terciopelo negro con ribete verde, y presenta una bandeja interior extraíble con alojamiento específico para cada pieza.
Contiene un conjunto de instrumentos de acero, algunos de ellos con mangos de baquelita o ebonita. Entre los instrumentos conservados se identifican diversos tipos de compases (de varilla, de precisión, de brazos articulados), extensores, portaminas y piezas intercambiables. Faltan varias herramientas accesorias.
En el interior de la tapa se conserva una etiqueta oval azul con inscripción en cirílico, perteneciente al comerciante T. I. Hagen, con sede en Moscú, calle Lubianka. Esta etiqueta confirma el origen ruso de la pieza y la vincula a una tienda activa durante la segunda mitad del siglo XIX.
La caja presenta algunas faltas en el acabado exterior, signos de desgaste por el uso, y la falta de varios instrumentos y de la llave.
Medidas: 5 x 25 x 13 cm.
La extensa historia del compás comienza en la Antigua Grecia, cuando este utensilio fue utilizado como elemento clave de demostraciones geométricas y matemáticas. Hasta ese momento, culturas anteriores como los egipcios se habían bastado de cuerdas tensas para trazar círculos. Posteriormente, otras culturas emplearon este valioso instrumento como fuente de creación, desde los romanos hasta la época Renacentista. Sin embargo, el verdadero auge del compás llegó en el siglo XVII, cuando aparecieron los primeros talleres dedicados a la fabricación de instrumentos científicos y de precisión, que produjeron compases incluso decorados artísticamente. El desarrollo de la navegación y la introducción del dibujo técnico en numerosas formaciones académicas llevó a que este instrumento tuviera cada vez más relevancia, convirtiéndose en un elemento indispensable en el día a día de estos profesionales. A su vez, los avances de la mecánica de precisión en los siglos XVIII y XIX permitieron la aparición de empresas especializadas en la fabricación de compases, cada vez más industrializadas.