Colección de más de 900 cajas de farmacia, finales del siglo XIX-mediados del XX..
En hojalata litografiada, porcelana y cristal.
Presenta marcas de uso y desgaste.
Faltas, suciedad y algún desperfecto.
Ingente colección de cajitas medicinales del último tercio del siglo diecinueve y principios del veinte. Todas ellas han sido fabricadas en hojalata (un material ligero a la par de resistente). La mayoría conservan en buen estado las decoraciones, elegantes tipografías, vistosos colores e ilustraciones que dejan constancia de la evolución de las marcas y de la estética publicitaria vinculada a la salud. Píldoras para el dolor, caramelos para la garganta, óvulos vaginales, suplementos de calcio... son algunos de los productos que se anuncian en envases que, por su parte, fueron confeccionados en diversidad de tipologías: cilíndricas y rectangulares, grandes y pequeños, chatos y estilizados... Estas cajitas se han convertido en artículos de colección muy valorados.
Las cajas de hojalata se utilizan por primera vez, en Europa, en Inglaterra, a finales del siglo XIX. Antes de la difusión por medios audiovisuales, las cajas de hojalata fueron un reclamo publicitario fundamental. Tan importante era el contenido de la caja como el dibujo de colores que había en su exterior. Con el avance industrial, se introduce la caja de hojalata como medio imprescindible para la conservación de medicinas y alimentos que necesitan aislamiento del frío y del calor. La cromolitografía sobre metal tuvo una importancia decisiva en el inicio y difusión de la comunicación publicitaria, tal como la entendemos actualmente. Entre 1870 y 1890 el progreso de las técnicas de laminado e impresión permitió el auge de la lata decorada y litografiada para contener los productos de consumo, entre ellos también los medicamentos.