Arca de novia de arcos. Cataluña, siglo XVIII y posterior.
Madera de nogal tallada.
Puerta frontal con cajón interior. Tapa superior abatible.
Retallada.
Presenta marcas de xilófagos inactivos y alguna restauración posterior. Presenta algunas faltas.
Medidas: 68 x 150 x 59 cm.
Arca de novia de estilo barroco, realizada en Cataluña, decorada con profusos motivos tallados, geométricos y arquitectónicos. Se alza sobre cuatro pies de garra y cuenta con una tapa superior abatible, típica de esta tipología. El frente está organizado, a través del esquema ornamental, en tres cajeados que alojan parejas de arcos de medio punto alzados sobre pilastras, con cajeados más estrechos entre ellos, decorados con recuadros que alojan motivos florales. Los laterales del mueble repiten el mismo patrón. El friso superior está decorado con pilastras talladas con motivos vegetales simples alternadas con cajeados lisos.
Esta tipología de arca tiene su origen en el siglo XVI, en las llamadas en los documentos “arcas embasadas de moldura, que dicen barcelonesas”, propias de Cataluña, Aragón, Baleares y Valencia. Es un tipo de arca muy diferente a la contemporánea francesa, aunque similar a la italiana. Pese a que tienen su origen en la Corona de Aragón (en concreto en Barcelona, según su nombre), hoy sabemos que se realizaron en toda España, dado que las ordenanzas gremiales de la época de Carlos I dictan la forma de hacerlas. Se trata, en todo caso, de arcas de esponsales, llamadas también “caixas de novia”, que formaban parte indispensable en el ajuar en las bodas. Respecto a su tipología, todas presentan una base moldurada troncopiramidal (de ahí el término de “embasadas”), y su construcción es engañosa, aparentando al exterior una estructura de bastidor y paneles que sin embargo no lo es, puesto que está construida con tableros enterizos ensamblados, una característica típica del norte de España en este momento. Existieron diferentes variantes según el tamaño y el número de recuadros que se sitúan en el frente: dos en las más pequeñas, tres en las medianas y cuatro o más en las de mayor tamaño. De hecho, el arca podía ser tan larga como la pared en la que se colocaba.