y volver al lote.
30 Oct 2024 14:34
Lámpara SCHNEIDER. Francia, ca. 1930.
Hierro forjado y vidrio.
Pantalla firmada.
Medidas: 182 x 50 x 50 cm.
El trabajo del hierro adquiere en esta lámpara de la manufactura Schneider un papel esencial. Una base trípode con las rodillas destacadas convergen en el fuste central ornamentado en su parte baja con motivos en espiral calados. El decorativismo del fuste adquiere un papel más relevante en la mitad superior del mismo, con hojas de parra que se enredan en un juego vertical de gran carga estética. La lámpara remata en una tulipa de inspiración vegetal, a modo de corola de una flor, enteramente realizada en vidrio satinado.
Ernest (1877-1937) y Charles Schneider (1881-1953) fundan en 1911 una pequeña cristalería situada en Epinay-sur-Seine, Francia. Charles Schneider, diplomado por la Escuela de Bellas Artes de París y dotado de unas aptitudes artísticas fuera de lo común, conseguirá junto con su hermano que su producción se convierta en la más importante cristalería de arte de Francia entre los años 1926 y 1930. Las suyas fueron piezas siempre realizadas mediante soplado artesanal, lo que significa que cada vaso de una misma serie jamás sería idéntico a otro. Paralelamente, la gama de los procedimientos de decoración, en frío y en caliente, será aplicada siempre con una maestría virtuosa. Charles Schneider estudió meticulosamente la temperatura y las composiciones químicas para obtener una paleta de colores extremadamente extensa, algunos de ellos jamás vistos y de una fuerza sin precedentes dentro del arte del vidrio. El llamado Tango, por ejemplo, de un naranja explosivo, se convertirá en el más innovador. Conocida como Verreries Schneider, la firma realizó dos líneas de producción. La primera, bajo la marca Le Verre Français, incluye piezas decoradas con la técnica del camafeo grabado al ácido, con generalmente dos colores de vidrio superpuestos y una decoración floral estilizada, brillante sobre fondo mate. La segunda línea, bajo la marca emblemática Schneider, está formada por piezas en series más cortas, a veces únicas, proponiendo una cristalería lisa y brillante, con técnicas decorativas más elaboradas y personales. En cualquier caso, el triunfo de esta firma se produjo sin lugar a dudas gracias al frenesí creativo, el entusiasmo, el talento y la genialidad de un único hombre, Charles Schneider.