Aparador de farmacia. Barroco, siglo XVIII.
Madera de pino pintado a mano.
Cajones en la parte posterior.
Presenta marcas de uso y desgaste; faltas de policromía.
Sobre peana de madera forrada con fieltro verde (del siglo XX).
Medidas: 85 x 212 x 55 cm.(mueble); 20 x 225 x 61 cm. (peana).
Estamos ante una pieza de colección, singular y única en su género, un aparador o mostrador de farmacia de época barroca realizado en madera de pino pintada a mano. En los laterales están representados, respectivamente, dos personajes masculinos realizando fórmulas magistrales usando un mortero y un alambique de cristal. En la parte frontal, se desarrolla un paisaje bucólico a la par de que agreste con una escena de caza, un castillo a lo lejos y una fuente en primer término, con una joven acompañada de un sirviente sentada junto a ella. Estos motivos (el cazador, la fuente) pueden aludir de forma sesgada al oficio del farmacéutico. Los cazadores, al pasar mucho tiempo en la naturaleza, a menudo adquirían un conocimiento profundo de las plantas y hierbas que crecían en su entorno, incluidas las que tienen propiedades medicinales. Este conocimiento era fundamental para la preparación de remedios. Los farmacéuticos y médicos de épocas antiguas a menudo dependían de este conocimiento local para formular medicamentos. En cuanto a las fuentes de agua no solo eran esenciales para la vida y la preparación de remedios, sino que también jugaban un papel en el crecimiento de las plantas utilizadas en la farmacología.
En la parte posterior del mostrador, el mueble dispone de tres pequeños cajones o gavetas con tiradores de botón, decorados con cenefas y diseños florales.