Lámpara de aceite del siglo XIX.
Bronce.
Electrificada posteriormente. Conserva todas las bombillas.
Medidas: 146 x 50 x 27,5 cm.
Esta laboriosa y ecléctica lámpara de aceite ha sido enteramente realizada en bronce. Cuenta con base circular moldurada sobre la que apoya un fuste helicoidal, con llave reguladora en su parte superior. De éste emerge un cuerpo intermedio formado por una caña torneada, un plato moldurado y un cuerpo de luces que conserva todas las bombillas. Éstas se elevan sobre efigies mitológicas, próximas a criaturas marinas. Un conjunto de cadenas sostiene las tijeras de cortar las velas y el contenedor de aceites o reponedor, entre otros utensilios para activar la lámpara. Culmina con un cuerpo superior concebido a modo de estandarte, rematado en su parte alta con dos leones rampantes que apoyan sobre una estructura de formas barrocas, que se bifurca, pendiendo de ellos dos parachispas metálicos decorados con motivos heráldicos en relieve.
Un quinqué o Calella es una luz de mesa con un mechón alimentado generalmente con petróleo, de intensidad luminosa variable, que fue la primera lámpara diseñado científicamente. Fue inventado en 1782 por el físico suizo Aimé Argand (1855-03) y patentado en Inglaterra en 1784. Fue perfeccionado posteriormente por el farmacéutico francés Antoine Arnoult Quinquet (desde 1745 hasta 1803), apellido del cual se deriva el nombre. Consta de un mechón sumergido en un depósito de vidrio, porcelana, metálico, etc, situado en la parte inferior, y provisto de un tubo de vidrio vertical, situado en la parte superior del depósito. El quemador de Argand está situado entre el depósito y el tubo de vidrio, y consiste en una mecha cilíndrica alojada entre dos tubos metálicos concéntricos. El tubo interior proporciona un paso a través del cual el aire asciende por el centro para mantener la combustión en la superficie interna de la llama cilíndrica más que en la superficie exterior. El quemador dispone de un mecanismo de regulación mediante una rueda que permite sacar más o menos ble en el exterior de los tubos metálicos, lo que hace que haya una más o menos grande llama y, por tanto, mayor o menor intensidad luminosa. El tubo de vidrio hace las funciones de chimenea y permite la entrada de aire por su parte inferior estableciéndose una corriente de aire en el interior que mantiene la combustión de la llama y permite quemar de manera más completa el combustible, dispone también generalmente de un pámpano exterior de decoración.