Icono ruso del siglo XIX. Ensayador Aleksandr Nicolayevich Krollu en 1882 en Vilnius.
“Virgen con el Niño”.
Pintura sobre madera. Oklad en plata dorada. Tela en el reverso con mucho desgaste.
Contrastes en el lateral inferior de plata 84 y plata de Moscú (San Jorge).
Medidas: 13,5 x 11 x 1,5 cm.
El presente icono representa a la Madre de Dios a medio cuerpo, con la cabeza ligeramente inclinada, sosteniendo al Niño Jesús en el brazo izquierdo, indicándole con el brazo derecho, una iconografía denominada Tikhvinskaya. Se trata de una de las representaciones de la Madre de Dios y Jesús más recurrente en la iconografía ortodoxa. Con el gesto indicativo, la Virgen dice al espectador que la Verdad está detrás del Niño Jesús, y del todo aquel quien le seguirá.
El interés de este lote recae, en gran medida, en el oklad, la placa de plata dorada que recubre parte de su superficie. La tradición de decorar los iconos con oklad aparece después del mandato del Santísimo Sínodo Gobernante del 1722, cuando se prohibió colgar sobre los iconos las cruces metálicas y dejar las ofrendes en forma de monedas, puesto que, esta tradición tenía raíces paganas. Esta decoración aplicada se encuentra en casi todo el mundo, pero está más extendida en Europa central y oriental. Y en la tradición ortodoxa, la fabricación de estos artículos se convirtió en un tipo de arte y artesanía aparte: muchos viajeros anotaron con admiración en sus diarios el lujo de los santuarios ucranianos y rusos. El material para los artesanos especializados eran los metales nobles, el latón, el cobre e incluso el estaño. La base de hierro forjado se completaba con piedras semipreciosas, relieves, grabados, esmaltes, filigranas, vidrieras y esmaltes. El reverso estaba forrado con un suave terciopelo rojo o púrpura, o cubierto de cera. También existían los oklad bordados, en los que el robusto tejido se adornaba con perlas y cuentas.
Los oklad no sólo tienen una finalidad estética, sino también práctica. Los iconos pintados sobre madera sufren el hollín de las velas, la humedad, las fluctuaciones de temperatura y continuamente están tocados por los feligrés. Asimismo, la pintura se oscurece, se estropea, se craquea y se borra. El oklad o “riza”, otro termino utilizado, protege los iconos de los efectos dañinos, prolongando su vida útil.
Al igual que en la pintura de los iconos, los materiales utilizados a la hora de realizar un oklad decorativo tienen su simbolismo particular, que puede contar mucho sobre el icono escondido debajo. Por ejemplo, en el caso del icono subastado, el material principal, plata, simboliza la pureza y la virtud, la liberación de los pecados y la salvación del alma.