Escuela andaluza; c. 1700.
“Niño Jesús”.
Madera tallada y policromada.
Medidas: 24,5 x 12 x 9 cm; 16 x 18 x 16 cm (peana).
Escultura barroca trabajada en bulto redondo representando al Niño Jesús. La figura ostenta una túnica decorada con motivos que emulan suntuosos bordados. Su cabello ha sido modelado de tal modo que de un modo realista el cabello queda enmarcado en torno al óvalo del rostro. Técnicamente el autor ha creado una talla resuelta en lenguaje naturalista, un estilo adscrito a la tradición barroca de la imaginería española, aunque de cierta singularidad ya que el artista ha optado por representar al Niño vestido.
Dada la importancia otorgada a la imagen religiosa en el mundo hispánico, durante los siglos XVII y XVIII se crearon ambiciosas series pictóricas y amplios programas iconográficos para iglesias y conventos, además de estampas impresas, medallas y relicarios destinados a la devoción privada. En su conjunto, sin importar su dimensión o soporte, estas imágenes cumplían con el objetivo de sacralizar la vida cotidiana más allá de los altares. El tema de la Salvator Mundi, muy frecuente en el arte español a partir del siglo XVII, llegó a constituir una de las señas de identidad nacionales de España como país católico.