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26 Mar 2025 00:00
Escuela española; segunda mitad del siglo XVIII.
“Inmaculada Concepción”.
Madera tallada, policromada y dorada.
Posee ojos de pasta vítrea.
Medidas: 92 x 41 x 28 cm.
En esta talla devocional, la Virgen en su advocación de Inmaculada ha sido representada en bulto redondo. Envuelta en un manto que se agita con logrado dinamismo, imprimiendo voluptuosos drapeados. La virgen está trabajada de cuerpo entero, posando sus pies sobre un pedestal formado por una nube por la que asoman cabezas de serafines y una serpiente (en alusión a Satanás). Une sus manos en señal de oración a la altura del pecho e inclina ligeramente la cabeza hacia arriba en un gesto de humildad.
Se trata de una imagen anclada los modelos barrocos, lo que se aprecia en los plegados de las telas, amplios y claroscuristas, trabajados con mucho relieve. El escultor se ha esmerado asimismo en reflejar la expresión de mística serenidad del bello rostro de María,La Virgen Inmaculada se asimila a la novia del “Cantar de los Cantares”, y a ella se asocian diversos símbolos popularizados por las “Letanías de la Virgen de Loreto” (cuya forma actual data de 1576). Es el arte barroco del siglo XVII el que crea el tipo definitivo de la Inmaculada Concepción de hecho esta escultura sigue los modelos estéticos de esta centuria. Libre de todos los símbolos de las Letanías con que la habían sobrecargado los teólogos, rodeada sólo por ángeles, ella flota en una mandorla sobre un creciente de luna. A veces, para recordar su victoria sobre el pecado original, sus pies, que se apoyan sobre el globo, aplastan la cabeza de la serpiente tentadora.