Escuela italiana; siglo XVIII.
“Gato”.
Alabastro policromado.
Medidas: 20 x 40 x 25 cm.
Obra de la escuela italiana, elaborada en alabastro, un material caracterizado por su delicadeza y capacidad para captar detalles finos debido a su textura suave y translúcida. Representa un gato recostado sobre un cojín ornamentado, con expresiones y formas que denotan un profundo realismo. El animal, con ojos melancólicos y un cuerpo relajado, transmite serenidad, mientras que el cojín, ricamente tallado con pliegues y borlas, añade un toque de lujo y sofisticación a la composición.
El alabastro, ampliamente utilizado en Italia durante los siglos XVIII y principios del XIX, permite que la luz interactúe con la superficie de la escultura, realzando sus sombras y creando una sensación de vida y calidez. Las tonalidades naturales del material, en combinación con los detalles del cincelado, logran un efecto visual que otorga al gato un aspecto casi tangible.
En términos de relevancia, esta pieza es un testimonio de la habilidad y la maestría de los artesanos italianos, que supieron trabajar un material tan delicado para capturar la esencia de un momento cotidiano con una profundidad emotiva. Estas esculturas no solo eran valoradas por su virtuosismo técnico, sino también por su capacidad para transmitir intimidad y conexión con la naturaleza, elementos clave en el arte decorativo de la época. Este tipo de obra habría sido una pieza decorativa importante en casas aristocráticas, simbolizando tanto el estatus social como el aprecio por el arte refinado y los animales.