Tintero en forma de cabeza de perro. Viena, ca. 1900.
Bronce policromado y patinado.
Presenta algunas faltas de policromía.
Medidas: 14 x 17 x 12 cm.
La tradición de la pequeña escultórica vienesa en bronce se remonta a mediados del siglo XIX, llegando a encontrar hasta cincuenta artífices que residían en la capital a finales de siglo. Varias fundiciones comenzaron a especializarse en la denominada técnica del "esmaltado en frío". Varias capas eran aplicadas al bronce en bruto, dando como resultado un fino y brillante acabado cargado de naturalismo. Sin embargo, era importante aplicar esta película cuando el bronce aún se encontraba caliente, pues el contraste de temperaturas contribuía a la permanencia del color, quedando este fijado al metal. Al no ser cocido, siguiendo el proceso habitual, pasó a ser denominado “esmaltado en frío”.