Escuela granadina; c. 1700.
“San José”.
Madera tallada y policromada con ojos de pasta vitrea.
Presenta faltas.
Medidas: 64 x 28 x 24 cm.
La escuela de Granada se alza como importante foco artístico tanto en pintura (a partir del siglo XVII con la figura de Alonso Cano) como en escultura, definiéndose a través del siglo XVI hasta consolidarse plenamente en el siglo XVII, debido al contexto histórico en el que se encuentra la ciudad andaluza. Avanzado en el tiempo y ya definida la escuela de Granada aparecerá la figura de Pablo de Rojas, conocido por ser el creador de los crucificados procesionales andaluces. Asimismo, surgirán otros nombres como Alonso de Mena, notable escultor de Inmaculadas, o Alonso Cano, y Pablo de Rojas. Artista que marca el paso a una nueva época y el surgir de la gran imaginería andaluza durante el siglo XVII, fue hijo de un pintor procedente de Cerdeña aunque asentado en Alcalá la Real. En 1579 se trasladó a la ciudad de Granada, en aquellos momentos en auge artístico, recibiendo el magisterio de Rodrigo Moreno y convirtiéndose en maestro de Juan Martínez Montañés. Entre sus obras destacables destaca su intervención en el retablo del Monasterio de San Jerónimo en Granada, donde predomina la realización de crucifijos. Su obra se caracteriza por la evolución de su estilo a un brío y dinamismo de carácter completamente barroco, tal y como se observa en la talla que se presenta: tremendamente patética, con un marcado dinamismo y rostro de gran expresividad, sin caer sin embargo en la vulgaridad. Se presenta una figura que se transmite a través de actitudes calmadas y una gesticulación sobria.