Escuela andaluza; siglo XVIII.
“Niño Jesús con Salvator Mundi”.
Madera tallada, policromada y textil.
Posee fanal del siglo XIX.
Medidas: 37 x 12 x 10 cm; 61 x 28 cm.
Escultura en madera tallada que muestra a Cristo como “Salvator Mundi”, una iconografía que representa el concepto cristológico de Jesucristo como salvador universal, en relación a su papel como juez en el Juicio Final y a su carácter de Redentor. Se caracteriza por presentar a Cristo alzando la mano derecha en señal de bendición, mientras apoya con la izquierda en una gran cruz, haciendo hincapié en el carácter universal de la doctrina cristiana y del acto redentor de Cristo. El modelo por el que opta aquí el escultor es un Cristo niño que presenta una carnaciones blandas, las suaves facciones y los tonos aterciopelados, alejándose de modelos hieráticos que se asociaban con la iconografía del Salvator Mundi, resuelven esta pieza que alega al idealismo en el modo de resolver el cándido semblante.
La escultura andaluza está realizada en madera policromada, labor de importancia capital, pues de ella depende en gran parte el resultado final de la obra. El proceso debía ser realizado por maestros examinados, pudiendo darse la circunstancia de que el propio escultor fuese también el pintor. Por otro lado, cabe destacar también el desarrollo económico y la pujanza que experimenta Sevilla a partir del Descubrimiento, al haberse convertido en puerta y puerto de las Indias, se verá reflejado rápidamente en el arte; desde las primeras décadas del siglo comienzan a acudir constantemente a la ciudad maestros de distinta procedencia que buscan el mercado americano y la potencial clientela sevillana, cada vez más atraída por las nuevas formas artísticas que llegan de Italia. Maestros italianos, franceses y flamencos, conocedores en distinto grado de la nueva estética, alternan con artistas llegados de tierras castellanas, que también han entrado en contacto con las corrientes artísticas imperantes en la península italiana, convirtiéndose así en los más cotizados del mercado artístico. Las enseñanzas de todos ellos, unidas al sustrato clásico inherente a la propia cultura andaluza, van a constituir los cimientos sobre los que se levantará la escuela escultórica andaluza.