Columna; segunda mitad del siglo XVII.
Madera tallada.
Presenta faltas y pérdidas.
Medidas: 99 x 16 x 8 cm.
Columna tallada y policromada con hojas de parra y uvas. Este tipo de columnas fueron habituales en los retablos barrocos españoles a partir de hacia el último tercio del siglo XVII y, pese a que su diseño era ya conocido tanto en la Edad Media como en el Renacimiento, sólo fueron elementos comunes en el Barroco a partir de la realización del Baldaquino de bronce de la Basílica de San Pedro del Vaticano en Roma por Gian Lorenzo Bernini, entre 1623 y 1634. Desde este momento, y con numerosas variaciones decorativas, la columna salomónica se convirtió en un elemento característico de la arquitectura y demás artes del Barroco, apareciendo en pintura, escultura, etc. Lo más habitual fue decorarlas con racimos de uvas y pámpanos y hojas de vid, en clara alusión al Cuerpo y Sangre de Cristo, elementos clave en la Salvación de la Humanidad, aunque, ya más hacia el siglo XVIII, habrá otros ejemplos que añadan hojas y rosas o flores, respondiendo, seguramente, a una mayor relación con elementos del Rococó o bien a una asociación con un ambiente femenino.