Escuela española; primera mitad del siglo XVI.
“Virgen con el Niño”.
Madera tallada y policromada.
Presenta faltas.
Medidas: 38 x 15 x 11 cm.
Escultura devocional de bulto redondo, tallada en madera, policromada y profusamente dorada, que representa en bulto redondo a la Virgen María de pie, sosteniendo al Niño en su brazo derecho. El Niño aparece vestido como es corriente en la iconografía de la época, y María luce túnica de color rojo símbolo del calvario. Con la escultura del renacimiento nos encontramos con la expresión más pura del alma española. En la jerarquía de nuestras excelencias artísticas la escultura del siglo XVI representa una equivalencia de perfección con la pintura del siglo siguiente. Toda la pasión, el misticismo, el ansia de belleza, la exaltación del espíritu, la llama que abrasa la materia, lo encontramos en estas estatuas y relieves que cubren los retablos. Asimismo, cabe afirmar que sí, que existe un renacimiento netamente hispánico que utiliza las formas italianas para expresar un temperamento y unos ideales esencialmente anticlásicos, derivados directamente de la religiosidad propiamente española. No hay corte radical con la plástica del último gótico; se suavizan los ritmos y los excesos naturalistas, los plegados angulosos y los violentos claroscuros, y se introducen ritmos más armónicos y equilibrados, y unas líneas más delicadas. No obstante, la intensidad expresiva es la misma, buscando ante todo ahondar en el alma, desbaratar la corrección de tipo clásico en favor de la efusividad espiritual que va más allá de la pura estética. Así, aunque existirán, serán raros los ejemplos de personajes idealizados y bellos, netamente clásicos a la italiana, y proliferarán los rostros individualizados y siempre reflejo del carácter y la religiosidad interna.