Después de JEAN-ANTOINE HOUDON (Versalles, 1741 - París, 1828), siglo XIX.
"Diana".
Busto en mármol blanco.
Presenta marcas de uso y desgaste; algunas faltas.
Medidas: 75 x 45 x 30 cm. (con peana).
El busto neoclásico que nos ocupa se basa en la Diana de mármol de Houdon conservada en la National Gallery de Londres. Data de 1778, y una luna en cuarto menguante adorna su cabeza. Junto con el arco y la flecha, la luna es un atributo de la diosa romana (la Artemisa griega), siendo la diosa de la caza una divinidad lunar. Asimismo, la luna es emblema de castidad. Los rasgos femeninos transmiten un temperamento poderoso y altivo, tanto en el original como en la excelente versión que mostramos, también realizada en mármol blanco. Los pechos turgentes de Diana se exponen desnudos y su cabeza se dirige hacia su lado derecho, oteando hacia la lejanía. Su cabello ensortijado está recogido con la peineta en forma de media luna, su emblema. En el Museo del Louvre se conserva una Diana de cuerpo entero de Houdon (Diana la cazadora, 1776).
Jean-Antoine Houdon fue un escultor francés, figura cumbre del neoclasicismo de su país. Destacó en sus retratos por la búsqueda del carácter individual, lo que le acercó al prerromanticismo. Discípulo de Jean-Baptiste Pigalle y Lemoyne, en 1764 se trasladó a Roma para completar su formación. Se dedicó fundamentalmente al retrato, iniciando la serie con uno de Diderot, en barro cocido, al que siguieron los de Mirabeau, D'Alembert, Molière, Voltaire, Rousseau y Franklin. Este último le sugirió la idea de viajar a Estados Unidos para retratar a Washington. Houdon llegó al continente americano en 1785 y, además de varios bustos del presidente, realizó la estatua que actualmente se exhibe en el Capitolio. Durante la Revolución francesa, plasmó los rostros de Necker, Lafayette y Napoleón.